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Marín impide a Rajoy responder a la "propaganda" de Zapatero sobre el matrimonio gay

Por sorpresa, el presidente del Gobierno intervino en el pleno que iba a tratar la ley que regula los matrimonios gay. Zapatero, con una intervención preparada, defendió las bondades de la nueva ley. Rajoy pidió turno de réplica, pero el presidente del Congreso, Manuel Marín, se negó a otorgárselo, lo que provocó un escándalo en la bancada popular. Antes de la votación, Marín advirtió que no permitiría ningún tipo de celebración. Al ser aprobada la norma, los invitados del PSOE –Pedro Zerolo, incluido– hicieron caso omiso y se sumaron a los aplausos de los diputados socialistas. Lea AQUÍ el proyecto de Ley (PDF)

(Libertad Digital) El pleno del Congreso de los Diputados ha dado luz verde, de manera definitiva, al proyecto de Ley por el que se regula la posibilidad de contraer matrimonio a las parejas del mismo sexo, así como su derecho a adoptar menores.
 
El texto salió adelante tras levantar el veto a la Ley propuesto por el Senado, con 187 votos a favor, 147 en contra y 4 abstenciones. El proyecto de Ley tuvo el respaldo del Grupo Socialista, ERC, Izquierda Verde, Coalición Canaria, y Mixto. Los grupos de CiU y PNV dieron libertad de voto a sus miembros. La diputada del PP, Celia Villalobos, volvió a incumplir la disciplina de voto y apoyo el matrimonio gay, como ya hizo en la primera votación y a pesar de las advertencias de Zaplana.
 
La otra parlamentaria del PP que, junto con Villalobos, se ha desmarcado de Grupo Popular en esta materia, María Pía Sánchez, no ha estado esta semana en Madrid pues, al parecer, uno de sus hijos sufrió el pasado fin de semana un accidente de moto. Eso sí, Villalobos ha manifestado que esta diputada le había asegurado que, si hubiera podido acudir hoy al Congreso, habría vuelto a desmarcarse del grupo. Las dos parlamentarias ya fueron sancionadas por su actitud en la segunda votación y ahora, al menos Villalobos, se expone a una nueva multa.
 
Sorpresa por la intervención preparada de Zapatero
 
La votación estuvo marcada por la polémica después de que, por sorpresa, se permitiera intervenir al presidente del Gobierno y sin embargo se impidiera el derecho de réplica del partido de la oposición. En un discurso que traía preparado, José Luis Rodríguez Zapatero afirmó que la regulación del matrimonio entre parejas del mismo "fortalece la democracia" e "iguala a los españoles en derechos civiles y libertades públicas". El presidente, recordó que esta norma también ha sido aprobada en Bélgica, Holanda y, ayer mismo, en Canadá. "No hemos sido los primeros pero tengo el convencimiento de que no seremos los últimos", recalcó. Según Zapatero, detrás "vendrán más países empujados por dos fuerzas: la libertad y la igualdad".
 
Además, dijo que el reconocimiento de este matrimonio es posible gracias a "un pequeño cambio en la letra" del Código Civil que, si bien, "acarrea un cambio inmenso en las vidas de miles de compatriotas, ampliando la felicidad a nuestros vecinos, compañeros de trabajo, amigos y familiares y construyendo un país más decente". A partir de ahí, el presidente pidió respeto tanto a los ciudadanos, fuerzas políticas e instituciones contrarias al proyecto, como a los colectivos que se verán beneficiados por esta ley. Así, reclamó a los homosexuales "que expresen su alegría con respeto a todas las creencias".
 
Por otro lado, insistió en que la norma no supone una agresión, ni al matrimonio ni a la familia, "más bien al contrario" puesto que se ofrece un "cauce" a las parejas homosexuales "para realizar su pretensión de ordenar sus vidas con arreglo a las normas del matrimonio y de la familia". En este sentido, recordó que "no hace tanto tiempo las madres tenían menos derechos que los padres y las personas debían seguir en matrimonio aún en contra de su voluntad". "Cada libertad alcanzada es fruto del esfuerzo y sacrificio de mucha personas que hoy debemos reconocer", añadió. Por último, el presidente citó un verso de Luis Cernuda: "Cómo se humilla el hombre en cuán en vano da reglas que prohíben y condenan". "La Ley supone un triunfo de todos, incluso de los que se oponen a la misma", concluyó.
 
Rajoy a Marín: "Me obliga usted a hablar fuera"
 
Fue entonces cuando el presidente del PP y líder de la oposición, que no entendía "a santo de qué" venía el discurso de Zapatero, reclamó su derecho de réplica. Al serle negada la palabra por el presidente del Congreso, Mariano Rajoy le advirtió a Manuel Marín: "La protesta viene porque en un tema de esta importancia, al grupo más importante de la oposición y que representa a 10 millones de personas, si no le deja expresar su opinión, me obliga usted a hablar fuera". Así fue. En los pasillos del Congreso, Rajoy dijo que lo ocurrido este jueves en el Congreso es lo más lamentable de la Legislatura y culpó, no tanto a Marín, como al Grupo Parlamentario Socialista que incluso "aplaudió" la decisión del presidente de la Cámara de no dar la palabra al representante del principal partido de la oposición.
 
Rajoy insistió en que "el presidente venía con una intervención preparada" con la que buscaba "un acto propagandístico". El presidente de los populares manifestó el respeto de su partido a todos los homosexuales, recordó que el Gobierno "ha utilizado a muchas personas como arma arrojadiza contra un partido" y ha terminando explicando que "la obligación de un presidente de Gobierno es generar consenso y no generar problemas y división".
 
"Verificaré las actas, pero del discurso del presidente del Gobierno me queda que ha expresado su respeto a quienes se oponen a esta ley, y ha pedido respeto a quienes se oponen; me parece que esto no introduce ningún elemento contradictorio, y en consecuencia, la Presidencia entiende que no se ha reabierto ningún debate", dijo Marín. El presidente del Congreso, que tuvo que pedir silencio en numerosas ocasiones, reprochó su actitud a los bancos del grupo popular, y afirmó a estos diputados que con su "actitud de pretender recriminar en público a este presidente, por la vía del golpetazo, no se conseguirá nada, nada".
 
 
Después de la polémica por el veto al PP, el presidente del Congreso intentó dar una imagen de imparcialidad al advertir a los invitados por el PSOE a la votación con que los expulsaría si se registraba cualquier tipo de celebración tras la votación. Sin embargo, segundos después de que fuera aprobada la ley, los diputados del PSOE se levantaron de sus asientos para aplaudir a Zapatero, ovación a la que se sumaron los invitados del PSOE –representantes de asociaciones de homosexuales y transexuales y el socialista Pedro Zerolo. Al ver que no le hacían caso, Zerolo incluso comenzó a agitar las manos, Marín ordenó la expulsión de los invitados a la tribuna. Ya era demasiado tarde. El pleno estaba concluido.

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