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Los niños despiden con lágrimas sus catafalcos de cuentos y fantasías

Las 378 fallas infantiles de la ciudad de Valencia han sido las primeras en convertirse en cenizas durante el ritual de la "cremá" con que concluyen las Fallas de Valencia en la noche de San José, en medio de las lágrimas de las niñas y niños que han visto cómo se desvanecía el mundo de cuentos y fantasía que representaban estos catafalcos.

L D (EFE) Del fuego purificador, que permite que la fiesta renazca cada año de sus propias cenizas, únicamente se ha salvado oficialmente el "ninot indultat infantil", una familia de clowns que realizó el artista Juan Carlos Molés para la falla de Sueca-Literato Azorín, la ganadora también del primer premio de la Sección Especial. A partir de las 22.00 horas empezaron a arder todas las fallas infantiles de la ciudad, para dejar paso media hora después al ganador del primer premio de Especial y dejar para el final la de la plaza del Ayuntamiento, la representativa de la ciudad.

El catafalco de Sueca-Literato Azorín, la falla ganadora de este año y la de mayor presupuesto con 33.056 euros, realiza un recorrido por el barrio de Ruzafa donde está enclavada y adonde ha acudido un circo con sus payasos, animales y saltimbanquis. En todos los casos se repitieron las escenas emotivas: niñas y niños que lloraron desconsoladamente al ver cómo el fuego destruía lo que había sido el eje central de su participación en la fiesta durante los últimos cinco días, y en el que se reflejaban desde sus anhelos y sueños, hasta las travesuras y todo tipo de diabluras que realizan en sus vidas.

Cuando ya sólo quedaban los últimos rescoldos, las falleras y falleros procedieron a rodear y saltar los restos del catafalco entre cánticos y lágrimas para reafirmar que la fiesta sigue viva y que el año que viene volverán a plantarse fallas infantiles. A las puertas del Ayuntamiento, la Fallera Mayor Infantil de Valencia, Nela Ayora Cortés, no pudo tampoco contener su emoción y las lágrimas recorrieron sus mejillas al tiempo que las llamas marcaban inflexibles el final de los momentos más gloriosos de su reinado fallero.

Fuera de concurso, la falla de la plaza del Ayuntamiento, realizada por Javier Fernández con un presupuesto de 21.036 euros, realizaba un "viaje por el fondo del mar" para mostrar la belleza de las sirenas, la simpatía de los monstruos marinos y las picardías de los "pezqueñines" con chupete. El ritual del fuego resultó este año un poco más espectacular, ya que las fallas infantiles han "crecido" medio metro hasta alcanzar los tres metros de altura, unas nuevas dimensiones que ha permitido a los catafalcos ganar en espectacularidad y envergadura. Las 378 fallas infantiles plantadas este año en la ciudad de Valencia y área de influencia han tenido un coste de 1,18 millones de euros, un 37 por ciento más de lo costaron en el 2002.

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