Y es que durante estos cinco meses, según explicó Carmen, tanto su familia como las del resto de las víctimas del incendio que arrasó unas 12.000 hectáreas, se han sentido "abandonados" por parte de las autoridades regionales y nacionales, quienes no han informado "debidamente" a las familias de lo ocurrido aquella fatídica tarde de verano. "Once vidas rotas y no hay ningún responsable", exclamó. "Nadie ha dicho nada, pero creo que a cada cerdo le llega su San Martín", apuntó.
Las familias sólo desean que el Gobierno los escuche y que "haga justicia" porque "ellos saben que lo hicieron mal y no han dado la cara". "No quiero dinero para nada, sólo justicia y verdad", insistió Carmen. A las familias nadie les quita de la cabeza que, al margen del incendio que provocó "una imprudencia", "si se hubieran puesto los medios oportunos, ese fuego no hubiera llegado hasta donde llegó" y no hubieran perecido once personas. "Allí no hubo medios de ninguna clase", reiteró.
"No deseo mal a nadie, pero que la Nochebuena la pasen como la voy a pasar yo", manifestó en este sentido Carmen, quien a día de hoy aún se le llenan los ojos de lágrimas de saber que la muerte de su marido se podría haber evitado. De hecho, recordó, "a mi marido le he escuchado decir algún día que pasaría una muy gorda y ha pasado. Se veía venir". Y es que, según comentó Carmen, en el retén de Cogolludo "había gente con muchas horas de trabajo. A todos los que estaban allí les faltaba quizá algo de formación y medios, pero luchaban por salvar ese pinar", al igual que sus lugareños, pero sus buenas intenciones acabaron por arrebatarles la vida.
Desde aquel 17 de julio, la familias no olvidan y seguirán luchando por lo que consideran justo. Será la verdad la que un día de éstos acabe con esta incertidumbre que viven y que les acompañará durante todas estas fiestas navideñas.
Jesús Jubrias Navarro, de 43 años, llevaba casi cinco años como retén forestal en la provincia de Guadalajara. Vivía en el municipio alcarreño de Jadraque. Casado y con dos hijos, un chico de 15 años y una chica de 13, pertenecía a varios colectivos vecinales y asociativos de la provincia. Desde el pasado 6 de diciembre Jadraque cuenta con un monolito en su memoria y en memoria del resto de sus diez compañeros que un día de verano de 2005 perdieron la vida por salvar de las llamas un paraje idílico y de gran valor ecológico de Guadalajara.