LD (EFE) El silencio y el recogimiento que acompañan a las cofradías de El Silencio, El Gran Poder y El Calvario contrasta con la devoción más popular que despiertan hermandades como La Esperanza de Triana o La Macarena, especialmente en sus respectivos barrios, donde la gente les grita piropos y aplaude a su paso. Este año La Esperanza de Triana cuenta por primera vez, con 200 mujeres entre sus más de 1.500 nazarenos, y La Macarena y el Gran Poder conmemoran el centenario de la Concordia, un documento suscrito en 1903 entre ambas hermandades que estableció el orden de paso por la carrera oficial.
El Silencio, que pidió la tradicional "venia" en el palco de autoridades de la plaza de la Campana por escrito, debido a que sus hermanos nazarenos no pueden hablar durante el recorrido procesional, abrió la carrera oficial, en medio de un impresionante silencio de las miles de personas que se concentraban en los alrededores y que también acompañó al Cristo del Gran Poder, conocido como el Señor de Sevilla.
La Macarena, que va acompañada de unos 2.600 nazarenos, un tercio de los cuales son mujeres, llegó de su barrio hacia la Campana sobre las 4.00 horas, y el manto verde y oro de la Virgen rompió con la sobriedad de las dos primeras hermandades. Le siguieron El Calvario, la cofradía con el recorrido más corto de la "Madrugá" y la Esperanza de Triana, cuyo paso de misterio del Santísimo Cristo de las Tres Caídas sorprende por el andar característico que le imprimen los costaleros.
Pasadas las 6.30 horas, la hermandad de Los Gitanos, que como es tradición hizo una parada en el Palacio de las Dueñas, ya que está muy vinculada con la Casa de Alba, entró en la carrera oficial con Nuestro Padre Jesús de la Salud, conocido popularmente como "Manuel".
Hasta 1.600 agentes de la Policía Local y Nacional velan por la seguridad de las hermandades, que desfilan con unos 10.000 nazarenos en total, y de los asistentes a los desfiles, entre los que se ha encontrado esta noche el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, de visita privada en Sevilla.
El Silencio, que pidió la tradicional "venia" en el palco de autoridades de la plaza de la Campana por escrito, debido a que sus hermanos nazarenos no pueden hablar durante el recorrido procesional, abrió la carrera oficial, en medio de un impresionante silencio de las miles de personas que se concentraban en los alrededores y que también acompañó al Cristo del Gran Poder, conocido como el Señor de Sevilla.
La Macarena, que va acompañada de unos 2.600 nazarenos, un tercio de los cuales son mujeres, llegó de su barrio hacia la Campana sobre las 4.00 horas, y el manto verde y oro de la Virgen rompió con la sobriedad de las dos primeras hermandades. Le siguieron El Calvario, la cofradía con el recorrido más corto de la "Madrugá" y la Esperanza de Triana, cuyo paso de misterio del Santísimo Cristo de las Tres Caídas sorprende por el andar característico que le imprimen los costaleros.
Pasadas las 6.30 horas, la hermandad de Los Gitanos, que como es tradición hizo una parada en el Palacio de las Dueñas, ya que está muy vinculada con la Casa de Alba, entró en la carrera oficial con Nuestro Padre Jesús de la Salud, conocido popularmente como "Manuel".
Hasta 1.600 agentes de la Policía Local y Nacional velan por la seguridad de las hermandades, que desfilan con unos 10.000 nazarenos en total, y de los asistentes a los desfiles, entre los que se ha encontrado esta noche el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, de visita privada en Sevilla.