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Los artistas "represaliados" por la política cultural de Zapatero

La Gaceta hace un repaso por los artistas que no han caído en gracia al Ejecutivo Zapatero y que, por tanto, no han resultado beneficiados de las continuas prebendas y beneficios dispensados a los que sí lo han hecho, los denominados "artistas de la Zeja".

El primero en expresar disconformidad con la política cultural de Zapatero, dice La Gaceta, fue el bailarín Ángel Corella, que mediante sus críticas abiertas al ministerio de Cultura de Ángeles González-Sinde está "dando la espalda a todos los bailarines" de la Compañía Nacional de danza.

Otros represaliados son el poeta y antiguo ministro César Antonio Molina, directores de museos como Juan Manuel Bonet y Ana Martínez de Aguilar, y otros profesionales de alto nivel dentro del propio ministerio como Guillermo Corral, director general de Política e Industrias Culturales y hombre clave en Cultura hasta que fue cesado en la discreción del pasado mes de agosto, dice el diario.

La lista sigue con estrellas del calibre de Jon Juaristi, antiguo director del Instituto Cervantes; Nacho Duato, director artístico de la Compañía Nacional de Danza con Gobiernos de distinto signo; o Milagros del Corral, responsable de la Biblioteca Nacional.

La Gaceta analiza las posibles razones de tanto talento caído en desgracia. Al contraste entre la autoproclamada superioridad cultural de la izquierda y el abandono de otros, desengañados con Zapatero, cabe añadir las conocidas purgas ideológicas y políticas realizadas por Zapatero periódicamente. El presidente está confortable rodeado de figuras de la cultura pop, pero no así con intelectuales de reconocido prestigio. Toda una conjunción de causas han conducido a que el presidente deseche el talento de todos los enumerados más arriba.

"Tengo claro que a España no vuelvo nunca más. Desde luego, con el Ministerio de Cultura, nunca más", dijo Nacho Duato este verano, antes de viajar a San Petersburgo a dirigir el Teatro Mijailovski. El Ministerio de Sinde había tratado de doblegar la voluntad del director de la Compañía Nacional de Danza para que cambiara la programación.

Otros optaron por escribir, según La Gaceta, cartas exculpatorias como las de Milagros del Corral o Juan Manuel Bonet. La primera, directora de la Biblioteca Nacional, vio como el Ministerio marginaba a la cuarta bibilioteca nacional más importante del mundo. En el caso del segundo, ex director del Reina Sofía, fue sometido a un ambiente "hostil y sectario" por parte de la entonces ministra, Carmen Calvo, hasta que logró su marcha.

Ana Martínez de Aguilar, la primera historiadora del arte en regir el Reina Sofía sufrió algo similar. O César Antonio Molina, ex ministro de Cultura echado a la calle por Zapatero debido a motivos como "la paridad y el glamour".

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