¿Cuándo despertarán los varones ante la tiranía que se les está viniendo encima? ¿Tan asustados están que no se dan cuenta?
Siempre que menciono la palabra mágica no me publican el comentario, pero lo intentaré nuevamente. Esto es HEMBRISMO, que significa lo mismo que machismo pero al contrario: despreciar, menospreciar, marginar o penalizar a un hombre sólo por el hecho de serlo. Y estamos inmersos en una infracultura de Hembrismo descerebrado (pero políticamente correcto) que rompe principios constitucionales como igualdad ante la ley, no discriminación por razón de sexo, etc. No entiendo como tanta gente no se da cuenta de algo tan innegablemente obvio.
¿Qué se puede esperar de un lunático fundamentalista como el inútil ZParo? Pues leyes como las de la desigualdad por razón del sexo que se tenga. Yo estoy convencido que ZParo está loco, pero todos estos jueces del pesebre que miran para otro lado, espero verles algún día dando cuenta en el banquillo.
Cada vez salen más voces que protestan contra la ley de Superioridad de la Raza Feminazi, voces por cierto más que autorizadas y que razonan y argumentan solidamente lo que afirman.
Ante esto, la jauría sigue ladrando y bufando desde sus hocicos envueltos en rabiosos espumarajos.
Se les acaba el tiempo. Al final, a todos los progres feminazis les llega su San Martín.
Lo triste es que, mientras se siga aplicando esta ley que es NULA por ser inconstitucional, miles de hombres seguirán sufriendo y muriendo a causa de la tiranía feminazi (recuerden: el 80% de los suicidios se producen en hombres, rondando los 3.000 frente a los sólo 500 de mujeres; habría que estudiar las circunstancias de esos suicidios, porque me da que las falsas acusaciones y los procesos de divorcio tendrán mucho que ver en ello)
Un saludo.
Una de las cosas que más daño hacen a la mujer y que los jueces deberían atacar, son las denuncias falsas, porque perjudican a las mujeres que son maltratadas realmente, atrasan todos los procesos en marcha y sobre todo, sobre todo dañan el honor de un hombre inocente que no vuelve a ser el mismo.
AYA. Madrid.