Tengo 45 años y no viví la Guerra Civil, pero si tengo referencias de familiares que la sufrieron desde el bando Nacional. Durante mis años de fervor juvenil fui simpatizante de la extrema derecha. Canté el “Cara al Sol” varios 20N en la Plaza de Oriente… total: un “facha”.
Pero transcurrieron los años y se fue consolidando en nuestra sociedad una forma de entender la política más madura y evolucionada, lejos de los extremismos y en la que todos aceptamos que había que escuchar la voz de todos.
Los que tuvimos la capacidad de entender, discernir, pensar, analizar… llegamos a la conclusión de que la mejor opción para avanzar en el camino de la paz, era el respeto al más importante de los pactos: nuestra Constitución, que se erigió como garante de los derechos que nos asisten por el mero hecho de ser “criaturas ibéricas”.
Y la verdad es que llegamos a creer que España había evolucionado tanto como país demócrata que dimos por cicatrizadas las viejas heridas hasta el punto de catalogar como imposible que pudiera volver a producirse un enfrentamiento como el que precedió a los años de la última dictadura.
Pero llegó ZP.
Han necesitado crear una crispación suficientemente intensa en la calle, para distraer la atención sobre los verdaderos problemas que no han querido resolver, porque las soluciones tienen un coste político.
Y así hemos llegado a la insostenible situación actual, y hay que recuperar los votos que se van a perder, de modo que la única salida es resucitar los fantasmas del franquismo, para buscar el voto del odio, induciendo si es necesario a la violencia.
Sin embargo, no pueden evitar que algunos personajes que en su día fueron afines a ciertos ideales, renieguen hoy de los políticos que enarbolan la bandera de la rosa, o mejor dicho, de la egocéntrica “Z”. Y es que en ambas “Españas” hay gente capaz de evolucionar hacia la única dirección razonable: la relatividad de los colores,
si tu equipo juega bien, apláudele, y si lo hace mal, abuchéale, aunque los radicales te llamen traidor.
Para escribir opinión hay que documentarse, obviando las ideas propias, preguntando a gente tanto de un lado como del otro, neutrales e incluso personas que entonces fueron niños para que te describan su realidad feliz, que también existe. Sólo así se consigue una ambientación fiel si pretendes ser veraz. SÓLO ASÍ. Que no venga con ideítas partidarias metidas a saco porque no cuela. ¿Vivió ella la época? ¿Conoce a alguien de los dos lados que la viviera? Entonces QUE SE CALLE. Que se pueden escribir muchas gilipolleces muy bonito y muchos argumentos de forma exquisita. La realidad es variable según el espejo desde el cual se mire, que no se le olvide si no ha estado presente la "culta" esta. Si tiene tantas virtudes como escritora que sea capaz de redactar una novela en la que Hitler aparezca como una persona capaz de emocionar al público el cual está predispuesto a odiarle. Si no, será una mediocre más.
Ussía sí que tiene arte, por ejemplo, mucho más que ésta, es delicado y abundante en vocabulario. Explica con argumentos cuando tiene que explicar, es parco en insultos y muy rico en términos retóricos pero sin ser excesivo. A mí en las descripciones me enamora, dicho sea de paso, es como una cámara con el objetivo límpido retratando imágenes, detalles, aunque a veces le falle el balance de blancos.
No olvidar lo inolvidable. Estoy de acuerdo con TODOS los comentarios, solo pido un favor: cuando se hable de esta ESCORIA lo mejor es ignorarla, no calificarla como señora, escritora, etc. Simplemente es "de lo malo, lo peor".
Pues si la juntaletras (supuesta escritora de panfletos,supuestos libros)es una sectaria como todos los del corral del zETAp.
Enhorabuena Sr. Leguina, ¿Pero acaso Almudena es una miembra de la cultura o es la lanza de la ridiculez? a lo mejor Almudena no ha leido la historia de España, Sr. Leguina gracias por esa carta llena de verdad y objetividad, cosa que no entienden estos nuevos sobrevenidos.
Para estos y estas franquistas sobrevenidos hay una cita de Tácito
sobre el emperador romano Vitelo, que les viene como anillo al dedo: "Vilipendiáronle después de muerto, con la misma bajeza con que le habían halagado en vida"
La señora Grandes, es como su apellido indica, una grande y orónda basura bípeda, una grande y repugnante saca de pús, una grande y redonda babosa, una grande y miserable chupoptera de la subvención, en definitiva una grande merde.
Es que los miembros de la secta llevan muy mal las deserciones, sobre todo cuando los que huyen sacan los trapos sucios a relucir y ponen a cada cual en su sitio, como ha hecho Leguina con esta tipeja.
No es por restarle mérito a Leguina, pero responder a estos encefalogramas planos es muy sencillo. Vamos, que la Grandes es tonta y en su casa no hay botijo.
Esa gorda es una desgracia inconmensurable. Más sectaria no se puede ser. Se ve que tiene muy mala, pero que muy mala conciencia.