"Por ahora el invierno nos está respetando, pero ya veremos cuando llegue el frío" dice Jesús, de 45 años, uno de los hosteleros en paro que ahora vive en las obras del proyecto Madrid-Rio. Al no encontrar sitio en los albergues, esta y otras familias buscaron la manera de sobrevivir al invierno en las calles de la capital.
A pesar de la precariedad, bromean sobre su situación: "Somos priviligeiados. Tenemos apartamentos con vistas a la playa", confiesan. La extrema ocupación de los albergues, les llevó a buscar otra vía con la que soportar en invierno con unos mínimos de dignidad.
Estas familias se reparten en 300 metros, entre las tuberías de hormigón, y las casetas de los obreros que trabajan en las excavaciones, los cuales dicen que "no les molestan" estos inusuales vecinos, con los que comparten incluso la comida.
La mayoría de estos "sin techo" vinieron aquí buscando trabajo, y han ido instalando sus chabolas de una obra en otra de Madrid, como Javier y Magdalena que viven en la zona de obras encima de los túneles de la M-30.
Mientras, la Concejalía de Asuntos Sociales indica que "el objetivo" de las campañas de invierno "es dar respuesta a todas las personas sin hogar" que lo necesiten, y la delegada del ramo Concepción Dancausa ha anunciado que se aumentarán las plazas de los albergues y residencias.