Sin embargo, destacó que a pesar de los "errores y disfunciones" hubo una respuesta "rápida" y "acelerada" en demanda de medios, al tiempo que recordó que hubo un contingente de operativos "que nunca se ha vivido en la historia de este país". "De los 300 incendios en día 10 pasamos a ninguno el día 15. Esto no ocurriría si no existiese un dispositivo potente", aseveró. Justificó que el operativo "no estuviese preparado" por la "novedosa y excepcional" tipología de la actividad incendiaria vivida y reconoció que fue "insuficiente" para evitar que las llamas llegasen a núcleos de población y amenazasen propiedades y vidas humanas.
"Estaba preparado para hacer frente a incendios forestales convencionales", esgrimió Suárez Canal, quien precisó que finalmente a lo que tuvo que hacer frente el servicio de extinción fue a una tipología "excepcional" de fuegos pegados a casas con llamas que circulaban a "tres kilómetros por hora". Esto provocó un problema de seguridad ciudadana, que los obligó a realizar tareas de protección civil y "priorizar" esta defensa de vidas y propiedades por encima de la extinción de masa forestal.
Una circunstancia que provocó, tal y como admitió, que "seguramente" se produjesen "errores, disfunciones y descoordinación" y que ha provocado, tal y como anunció, que el operativo de extinción de incendios vaya a ser "reformulado". Suárez Canal anunció que esta "reformulación" del servicio de extinción se hará de "modo rápido", pero advirtió de que para ello será necesario un análisis "pormenorizado" de "incendio a incendio" y la "jerarquía de las decisiones" de la " para conocer lo que sucedió en cada caso.
No obstante, adelantó que se abogará por "optimizar" lo positivo del dispositivo y se "modificará" aquellas cuestiones que "sean necesarias para que no se vuelva a repetir una situación de este tipo".