L D (EFE) Las características climatológicas de las últimas semanas podrían hacer propiciado que el virus circulante, similar en cuanto a virulencia al de temporadas anteriores, haya provocado más casos de los que solían registrarse otros años en estas mismas fechas, explica Sanidad. Las tasas difieren entre unas Comunidades Autónomas y otras y ya hay algunas que empiezan a registrar inflexiones a la baja o estabilización en sus curvas de incidencia.
Si se sigue el patrón de temporadas anteriores, añade el ministerio, lo normal es que la gripe alcance su incidencia máxima en torno a mediados de enero para comenzar a descender paulatinamente en las siguientes semanas. Antes de los 540,01 casos por cada 100.000 habitantes, se habían registrado 361,6 casos en las semana del 2 al 8 de enero y 233,65 casos en la última semana de diciembre.
En toda Europa empieza a apreciarse también una mayor actividad del virus de la gripe y ya hay siete sistemas centinela europeos –Bélgica, Inglaterra, Italia, Irlanda, Irlanda del Norte, Holanda y España– que detectan actividad por encima del umbral básico. España se encuentra en el grupo que presenta "intensidad media" junto a Inglaterra, Irlanda del Norte e Irlanda, mientras que el resto presentan baja intensidad.
Vuelve a recordar el ministerio que el tratamiento de la gripe se reduce a medidas para aliviar los síntomas: más reposo, beber agua y zumos, tomar antitérmicos o analgésicos en caso necesario y extremar las medidas higiénicas habituales al estornudar o toser para evitar contagios. La gripe está causada por un virus, por lo que no es efectivo un tratamiento con antibióticos. La recomendación de Sanidad es seguir estos consejos básicos; en caso de necesidad, se debe consultar al médico de cabecera y procurar no acudir a los servicios de urgencia.