L D (EFE) "Esta es una gran noche para la NASA", proclamó el director de la agencia espacial estadounidense, Sean O'Keefe, quien aprovechó la conferencia de prensa tras el aterrizaje para abrir una botella de vino espumoso e invitar a los responsables de la misión. Tras un viaje de siete meses y unos 487 millones de kilómetros recorridos, Spirit superó todos los obstáculos del complicado aterrizaje en suelo marciano y comunicó su llegada al control de la misión, en Pasadena (California).
Un ruidoso coro de gritos de júbilo y aplausos entre los técnicos de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), uno de los centros de la NASA en California, respondió a las primeras transmisiones de la nave que indicaban su llegada a la superficie de Marte. Las señales que confirmaron la llegada fueron recibidas por los técnicos unos 15 minutos después de la hora prevista del aterrizaje, las 04.35 GMT del domingo (noche del sábado en EEUU), y cerraron unos cortos pero angustiosos minutos de espera en el control de la misión. Allí, la presencia de O'Keefe, mostró que la misión es muy importante para el futuro de la agencia espacial estadounidense, que busca recuperarse de la catástrofe del transbordador Columbia, en febrero pasado.
Un ruidoso coro de gritos de júbilo y aplausos entre los técnicos de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), uno de los centros de la NASA en California, respondió a las primeras transmisiones de la nave que indicaban su llegada a la superficie de Marte. Las señales que confirmaron la llegada fueron recibidas por los técnicos unos 15 minutos después de la hora prevista del aterrizaje, las 04.35 GMT del domingo (noche del sábado en EEUU), y cerraron unos cortos pero angustiosos minutos de espera en el control de la misión. Allí, la presencia de O'Keefe, mostró que la misión es muy importante para el futuro de la agencia espacial estadounidense, que busca recuperarse de la catástrofe del transbordador Columbia, en febrero pasado.
Arriesgado descenso
La nave aterrizó en el cráter Gusev después de una complicada y arriesgada maniobra de descenso, que comenzó con el frenado parcial a través del roce con la atmósfera del vehículo. El frenado continuó con el despliegue de un paracaídas, el desprendimiento del escudo térmico protector, y la ignición de retrocohetes, y concluyó con el inflado de unas bolsas de aire que amortiguaron la caída final. Los últimos seis minutos, que suponen frenar de 19.800 kilómetros por hora a una detención total, fueron definidos por el subdirector de la NASA, Ed Weiler, como "un infierno", pero el vehículo sobrevivió al impacto.
Después de rodar y botar, Spirit envío las señales que indicaban que había llegado a la superficie y superado el impacto. "Todo ha salido a la perfección", resumió Rob Manning, ingeniero jefe del proyecto. El Spirit, igual que su gemelo Opportunity (cuya llegada está prevista para el próximo día 24), es un vehículo todoterreno de seis ruedas que está equipado con un importante equipo de instrumentos científicos y que recorrerán la superficie marciana para tomar muestras y realizar análisis.
En busca de agua
Los dos vehículos, equipados también con sofisticadas cámaras, están propulsados por energía solar, a través de unos paneles, tienen una vida activa prevista de 90 días y tendrán más alcance que el robot Sojourner que formó parte de la misión Mars Pathfinder de 1997. Spirit y Opportunity podrán recorrer cada día unos 90 metros, la distancia total que logró "Sojourner" durante toda su vida activa.
Su objetivo es tratar de analizar si en la zona del aterrizaje y sus inmediaciones hubo agua en tiempos remotos y todavía quedan trazas del líquido en el planeta. Aunque Marte es un planeta seco, la presencia de lo que parecen canales y formas geológicas que parecen talladas por corrientes de agua sugieren que el líquido pudo haber estado presente en su superficie.
La llegada con éxito del Spirit se produce después de que los técnicos de la misión europea "Beagle 2" no lograran comunicarse con su módulo, que llegó a Marte el pasado 25 de diciembre. Hasta la llegada del Spirit, sólo tres misiones han aterrizado con éxito. Las dos primeras fueron las dos Viking de 1976, y la última la Mars Pathfinder de 1997.