L D (EFE) La presidenta del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Juliana Fariñas, ha declarado que en 2003 el equipo de urgencias presentó un estudio al comité de ética del Hospital de Getafe. En dicho estudio se hablaba de cerca de cuarenta casos de pacientes terminales, la mayoría con tumores generalizados y mayores de 80 años, a los que se había suministrado la sedación paliativa como vía para garantizar una muerte digna y sin dolor. Se trataba de enfermos en su fase final –menos de cuatro días de vida— y que normalmente, destacó, son enviados a casa para morir, ya que el hospital no puede hacer nada para lograr una mejoría de su situación.
En lugar de remitirlos a sus domicilios, el centro de Leganés propuso aliviar los dolores generalizados de esos pacientes y evitar los ahogos agónicos, una práctica "avalada internacionalmente", explicó Fariñas. Según apuntó, el objetivo es evitar que los pacientes "mueran dando gritos de dolor, por lo que la familia no sólo consiente el tratamiento, sino que normalmente lo solicita".
En el caso de Leganés, aseguró, el servicio de urgencias actuó como un servicio de cuidados paliativos para garantizar una muerte digna y sin sufrimiento, un tratamiento que no se puede suministrar en las casas de los enfermos por su elevado coste, ya que el suministro de morfina y sedantes se tiene que hacer con un control continuo en el tiempo.
En el caso de Leganés, aseguró, el servicio de urgencias actuó como un servicio de cuidados paliativos para garantizar una muerte digna y sin sufrimiento, un tratamiento que no se puede suministrar en las casas de los enfermos por su elevado coste, ya que el suministro de morfina y sedantes se tiene que hacer con un control continuo en el tiempo.