La redacción de El Mundo se retrata como una pandilla de inquisidores adocenados lacayos de la corrección política y los prejuicios ideológicos.
Esos prejuicios que inducen grotescas paranoias y alimentan salvajes cazas de brujas en pro del pensamiento único. Porque la política es un complot que se proyecta sobre la realidad y termina creyendo que su propio reflejo le amenaza.
¿Para cuándo la próxima mordaza, la nueva quema de libros y la picota a quien piense por su cuenta? Hasta que como decía el otro, todos podamos hablar libremente porque todos pensemos lo mismo.
De los peridostas de El Mundo que piden que se tire a Sostres, ¿cuántos escriben basura antisemita?
Que lo tiren, estoy de acuerdo, pero que con él se vayan muchos otros.