L D (Europa Press) Según dijeron este viernes a Europa Press fuentes de la Iglesia Católica, "el Cabildo Catedralicio estará muy pendiente a partir de ahora del resultado de la investigación que acaba de iniciar la Policía, para así determinar la adopción de medidas legales o de otro tipo", en función de que se aclare la posible autenticidad y la procedencia legal o no de las cinco vigas de madera labrada y en algunos casos además policromadas, que según la sala de subastas proceden de la Mezquita cordobesa y datan del siglo X.
La investigación policial tiene su origen en la intervención del Ministerio de Cultura español, que solicitó el pasado miércoles a la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional que investigara a través de Interpol la situación legal de las cinco vigas. Cultura se ampara en la Ley de Patrimonio Histórico de 1985 que obliga a contar con el permiso de exportación para todas aquellas obras con antigüedad superior a cien años. Por su parte, el presidente del Cabildo Catedralicio de Córdoba, Juan Moreno, ya anunció que, desde dicho órgano eclesiástico, "hemos puesto el asunto en manos de un gabinete jurídico en Londres y su primera actuación consistirá en reclamar, en nombre del Cabildo, que se paralice la subasta".
El Cabildo busca con ello disponer del tiempo necesario para que "se aclare de donde han salido (las vigas) y, por supuesto, si son nuestras, pues las reclamaremos al amparo de la Ley y, en este sentido, agradecemos al Ministerio de Cultura que haya promovido la intervención de la Interpol", para hacer las averiguaciones pertinentes al respecto, ya que, según reiteró, "si se demuestra que las vigas son nuestras, dentro la Ley iremos a por todas, contando naturalmente con el Ministerio de Cultura y con la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía". Desde el Cabildo Catedralicio se dijo también que habían tenido noticia de la subasta de las vigas por la prensa y que no tenía constancia "de que tales piezas hayan salido de la Catedral".
Dudas sobre su origen
Sin embargo, desde el órgano eclesiástico se reconoció que, "con motivo del proceso de restauración al que se sometió a la techumbre del artesonado de la Mezquita-Catedral, entre finales del siglo XIX y principios del XX, se retiró un grupo de vigas de madera, en la zona correspondiente a la ampliación realizada en el siglo X bajo el reinado de Alhakén II", el que fuera segundo califa omeya de Córdoba entre los años 961 y 976. Pero ninguna de esas vigas, parte de las cuales se exponen ahora en el Patio de los Naranjos de la propia Mezquita, habrían salido nunca de Córdoba, según el Cabildo.
Las cinco vigas serán el objeto estrella de la subasta de objetos de arte islámico que hará Christie's el próximo 4 de abril. Por ellas se espera recaudar entre 100.000 y 150.000 libras esterlinas (entre 145.800 y 219.000 euros), en el caso de las menos ornamentadas, y entre 200.000 y 300.000 libras (291.700 y 437.500 euros) para las que presentan un mayor ornamento, con decoración policromada. Las vigas de madera labrada, según Christie's, datan del siglo X y tienen unos seis metros de longitud. Todas ellas fueron cortadas de la mezquita en un momento no determinado y presentan en tres de sus cuatro caras superficies decoradas con motivos vegetales y diamantes.
Pese a su antigüedad, según la casa de subastas, "su estado está extraordinariamente bien preservado". Según explica Christie's, hasta 1928 no se prestó mucha atención al techo original y a los paneles de madera de la mezquita --actualmente la catedral de Córdoba-- cuando se llevó a cabo un exhaustivo estudio sobre los restos que quedaban, incluidas unas pocas vigas, en su mayoría fragmentos y muy dañados. En su informe sobre el lote que saca a subasta, Christie's dice "no poder estar completamente segura de cuándo abandonaron las vigas en las proximidades de la mezquita", pero sí que ya no se encontraban allí cuando se llevó a cabo el estudio sobre los restos que había.
Las vigas estaban en poder de una persona cuya identidad no ha sido revelada y fueron descubiertas por esta en un granero donde habían permanecido durante décadas. Al parecer, se pensaba utilizarlas para un proyecto arquitectónico que no llegó a realizarse. Según el propietario, en su familia se contaba que las vigas procedían de una propiedad que tenían en la región de Arles, en el sur de Francia.