La otra detención tuvo lugar en la zona de Los Bermejales, sobre las 00.45 horas del martes. El detenido, Angel M.M., con dos registros anteriores y de 31 años de edad, era cuñado del padre de la niña. En el momento del arresto procedía a retirar de la vía pública el vehículo que se había utilizado para darse a la fuga tras cometerse el tiroteo frente al albergue juvenil. Dicho vehículo había sido localizado, a requerimiento de los funcionarios del Grupo de Homicidios, por efectivos de Policía Local.
En este momento sólo queda por detener el padre de la pequeña, presunto autor de los disparos que acabaron con la vida del celador. Mientras, los dos detenidos permanecen en las dependencias policiales, continuándose las gestiones para el total esclarecimiento de los hechos. En este sentido, fuentes policiales informaron de que las primeras investigaciones de balística de la Policía Científica coinciden con la teoría de que únicamente se utilizó un arma. En el lugar de los hechos se encontraron hasta once casquillos de bala del calibre 635, pertenecientes a un tipo de pistola con sólo seis balas en el cargador, por lo que el presunto homicida habría recargado el arma en el momento de realizar los disparos.
El pasado domingo, la Policía Nacional ya detuvo a cuatro personas que estuvieron presentes en el tiroteo. Tres de ellos ya pasaron a disposición judicial y fueron puestos en libertad el pasado domingo, mientras que el último pasó a disposición de la autoridad judicial este martes, tras tomársele declaración por parte de la Policía.
La niña obtuvo el alta médica a las 15.00 horas del lunes, tras descartar cualquier lesión interna aparte de algunas contusiones leves. La investigación cuenta, por el momento, con dos testigos, tras confirmarse que las cámaras de seguridad del albergue frente al cual ocurrieron los hechos estaban averiadas.
Los hechos sucedieron en torno a las 14.00 horas del pasado domingo, cuando el fallecido se dirigía al trabajo en su vehículo por la calle Isaac Peral. A la altura del cruce con la avenida de La Palmera, una decena de niños salían de un albergue juvenil y cruzaron la calle en dirección a las furgonetas de sus familiares. El conductor, cuyo vehículo no viajaba a gran velocidad, dio un frenazo, pero no pudo evitar golpear a una de las niñas.
Nada más percatarse de lo sucedido, varios familiares de la atropellada, de etnia gitana, se acercaron al coche y dispararon repetidas veces sobre Gaspar G. sin darle tiempo siquiera a salir del vehículo y causándole la muerte en el acto.