L D (Agencias) La detención se produjo en la zona de la Gran Vía en dirección al polígono de Babel, instantes después de que el atracador liberara a los dos rehenes, que permanecieron retenidos en la oficina bancaria desde las 09,30 horas de la mañana, y huyera en una motocicleta de gran cilindrada rumbo a la autovía de Madrid.
Uno de los coches policiales que le perseguían interceptó la motocicleta y, como consecuencia del impacto que se produjo, el atracador cayó al suelo, momento en que un agente de la Policía Local le intervino el arma y la supuesta granada de mano que portaba.
El atracador, al parecer toxicómano y con antecedentes policiales, fue esposado e introducido posteriormente en una ambulancia, mientras que los dos últimos rehenes liberados se encuentran "bien" y son atendidos por personal de la Cruz Roja y arropados por sus familiares, según fuentes próximas a la investigación que señalaron, que la persecución duró unos trescientos metros.
Uno de los coches policiales que le perseguían interceptó la motocicleta y, como consecuencia del impacto que se produjo, el atracador cayó al suelo, momento en que un agente de la Policía Local le intervino el arma y la supuesta granada de mano que portaba.
El atracador, al parecer toxicómano y con antecedentes policiales, fue esposado e introducido posteriormente en una ambulancia, mientras que los dos últimos rehenes liberados se encuentran "bien" y son atendidos por personal de la Cruz Roja y arropados por sus familiares, según fuentes próximas a la investigación que señalaron, que la persecución duró unos trescientos metros.
Desde las 9.30 de la mañana
El hombre entró a las 9.30 de la mañana en la sucursal acompañado de otra persona, que logró huir y no ha sido detenido todavía. Uno de ellos se quedó fuera vigilando mientras que el otro entró en la oficina. No obstante, cuando se disponía a salir, un trabajador de Prosegur que había acudido con el furgón a la sucursal, ya había avisado a la Policía, por lo que decidió quedarse dentro de la sucursal y retener a las personas que se encontraban allí.
En el momento del atraco había un total de nueve personas dentro del banco, seis clientes y tres trabajadores, ya que, aunque en esta oficina normalmente hay cuatro empleados, uno de ellos se encuentra de vacaciones. A lo largo del encierro, el atracador dejó marchar a seis personas de forma escalonada, primero a una mujer, seguidamente a otras tres, y posteriormente a dos hombres de forma separada.
Durante el secuetro, el atracador pidió heroína, comida, bebida y una moto para huir.