L D (Agencias) La presidenta de la Confederación Española de Centros de Enseñanza, Isabel Bazo fue clara: "Zapatero nos llama, nos promete, se compromete... y luego no pasó nada; creo que ha querido utilizar la misma estrategia que con las víctimas del terrorismo: arman alboroto, los recibo y ya quedo fenomenal, pero todo se queda paralizado".
En conferencia de prensa, acusó al Ministerio de Educación y Ciencia y al PSOE de "mentir" al decir que las diez organizaciones que convocaron la manifestación del 12 de noviembre de 2005 contra la LOE habían roto la negociación. "Seguimos esperando que se nos responda –precisó Bazo–, hicimos preguntas muy concretas que no se nos han respondido ni por el presidente del Gobierno ni por el propio Partido Socialista, y hay que decir rotundamente que la ministra –María Jesús San Segundo– no nos sirve".
Bazo advirtió de que podría ser necesario "llegar al Tribunal Constitucional" porque el proyecto contiene toda una serie de "cortapisas" a la libre creación de empresas en el sector educativo, informa Efe.
"Una bomba escondida"
Por su parte, el vicepresidente del Foro Español de la Familia Angel Trascasa vio la LOE como un "lobo con piel de corderillo", que tiene "una bomba escondida por donde la mires", y puso como ejemplo la "zonificación" de escolarización. Añadió que la ley no es adecuada para mejorar los indicadores del sistema educativo, sino que son "bien rociados de gasolina para la explosión".
En alusión a la manifestación del 12 de noviembre, el presidente de las asociaciones de padres de COFAPA, Mariano Calabuig, consideró que los parlamentarios legislan de espaldas a la sociedad civil.
Libertad, calidad, prestigio
Con el lema "Libertad, Calidad, Prestigio", la plataforma "LOE NO" explicará en el Palacio de Vistalegre que hay futuro y otra educación es posible, pues esta ley de educación se "impone sin consenso social".
Genera inseguridad jurídica, según añaden, rompe el sistema educativo, limita libertades, desatiende a la enseñanza pública y la privada, dificulta la vida de los centros, no respeta a los profesores, aboca al fracaso escolar y concede al Estado un papel "adoctrinador".