La fiscalía italiana, según la agencia AFP, cree que pequeños negocios del sur de Nápoles habrían encendido sus hornos con madera procedente de ataúdes robados en el cementerio local.
Los comercios investigados son las miles de pequeñas y baratas pizzerías de la ciudad, que podrían haber adquirido esta madera para mantener sus hornos encendidos. Los restos de ataúdes habrían sido robados por bandas dedicadas a saquear el cementerio local. El diario explicaba que sólo el año pasado, 5.000 centros de flores fueron sustraídos.
Según Il Giornale, una banda criminal podría haber comercializado madera procedente de las tumbas a pequeñas pizzerías que deseaban ahorrar dinero. El diario se lamenta de que ahora, por este macabro caso, esté bajo sospecha "uno de los pocos símbolos de Nápoles que se mantiene".