L D (EFE) Estados Unidos ha puesto este lunes en órbita solar el último de los grandes telescopios de la agencia espacial NASA que pronto apuntará sus instrumentos infrarrojos sobre algunos de los objetos más fríos del universo. El Telescopio Espacial Infrarrojo (SIRTF por su sigla en inglés) ha sido puesto en órbita por un cohete Delta 2 de la Boeing después de un lanzamiento en el complejo 17 de la Estación Cabo Cañaveral de la Fuerza Aérea a las 05:52 GMT de este lunes.
El SIRTF, valorado en 1.200 millones de dólares, contiene equipos sensibles al calor que se concentrarán en la observación del Universo a través de "ojos infrarrojos" con un nivel de detalle mucho mayor que lo logrado hasta ahora en el espacio. El telescopio operará con tres instrumentos científicos principales: una cámara de infrarrojo, una cámara de infrarrojo profundo, y un espectrógrafo infrarrojo.
Los científicos esperan que el SIRTF provea imágenes que sean visual y científicamente tan grandiosas como las que el Hubble ha enviado a la Tierra durante la última década. Otro aspecto único de este proyecto es el SIRTF ha sido colocado en una órbita alrededor del sol que es igual a la de la Tierra, pero va detrás del planeta por unos cuantos millones de kilómetros. Según la NASA, esto hará más simples las operaciones de órbita, permitirá un porcentaje mayor de tiempo para las observaciones científicas, y aprovechará el frío del espacio profundo para mantener a temperaturas extremadamente bajas los instrumentos sensibles al calor.
El SIRTF, valorado en 1.200 millones de dólares, contiene equipos sensibles al calor que se concentrarán en la observación del Universo a través de "ojos infrarrojos" con un nivel de detalle mucho mayor que lo logrado hasta ahora en el espacio. El telescopio operará con tres instrumentos científicos principales: una cámara de infrarrojo, una cámara de infrarrojo profundo, y un espectrógrafo infrarrojo.
Los científicos esperan que el SIRTF provea imágenes que sean visual y científicamente tan grandiosas como las que el Hubble ha enviado a la Tierra durante la última década. Otro aspecto único de este proyecto es el SIRTF ha sido colocado en una órbita alrededor del sol que es igual a la de la Tierra, pero va detrás del planeta por unos cuantos millones de kilómetros. Según la NASA, esto hará más simples las operaciones de órbita, permitirá un porcentaje mayor de tiempo para las observaciones científicas, y aprovechará el frío del espacio profundo para mantener a temperaturas extremadamente bajas los instrumentos sensibles al calor.