(Libertad Digital) “Ahora es muy difícil que un juez se oponga a conceder una orden de alejamiento cuando le es solicitada en el supuesto de caso de malos tratos”, señala Sanahúja, ya que se arriesgan a la posibilidad de que les abran expediente o se sientan responsables si sucede algo.
En opinión de la decana de los juzgados de Barcelona, recogida por Europa Press, los jueces “trabajan con una gran presión por parte de los medios de comunicación que, aunque es legítima porque afecta a un grave problema social, no permite hacerlo siempre en las mejores condiciones y a veces provoca una justicia defensiva que no siempre ofrece las mejores soluciones al problema”.
También el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) realiza una “presión” a los jueces en estos temas, según la juez, en cuya opinión se deberían estudiar si la “sensación” de que se abusa de este tipo de denuncias es cierta. Sanahúja explicó que al haber tantas denuncias por violencia doméstica no se puede proteger a las auténticas víctimas. “Para proteger a una mujer se necesitan ocho policías”, pero como no hay suficientes efectivos se debe estudiar si se está produciendo un exceso a la hora de denunciar estos casos.
Presión mediática y judicial
Algunos jueces admiten que hay mujeres que denuncian a sus parejas por malos tratos y en la demanda solicitan medidas cautelares propias de un proceso civil de separación, pero el temor a un error, la presión mediática y, sobre todo, a la inspección del CGPJ inclina sus resoluciones.
Sanahúja reclamó a los abogados “que disuadan a sus clientes de utilizar los procedimientos penales para obtener mejores resultados en los procesos civiles”. Basando sus manifestaciones en su larga experiencia al frente de varios juzgados, la decana tiene “la percepción real de que existen denuncias por malos tratos falsas o infladas”. “La tarea de los abogados es muy importante. Tiene que informar a las mujeres de las consecuencias de una denuncia falsa”, advirtió.