La Iglesia catalana pide que no se alargue la vida si es irreversible

L D (EFE) El obispo de Lérida y encargado de la Pastoral de la Salud de la Tarraconense, Francesc Xavier Ciuraneta, sin embargo, ha querido dejar bien claro que esta apreciación no significa que la iglesia esté a favor de la eutanasia. Este documento supone la remodelación de otro presentado en el año 2001 y que ya se adaptaba a la ley del Parlamento catalán sobre el testamento vital.

La directora del Instituto Borja de Bioética, Núria Terribas, que se ha encargado de este nuevo texto, ha querido precisar que se trata de que los médicos administren los tratamientos más adecuados para paliar los sufrimientos físicos y psíquicos de acuerdo con "probadas bases científicas que reconozcan la naturaleza irreversible y terminal de la enfermedad".

En este sentido, ha precisado que es distinta la petición que hace, por ejemplo, la Asociación al Derecho a Morir Dignamente, que quiere que se aplique la eutanasia, mientras que en el testamento vital de la iglesia se pide que dejen de aplicarse tratamientos si la situación es "irreversible". En el documento se apuesta para que "no me aceleren activamente la muerte con procedimientos letales, así como que me sea garantizada la asistencia necesaria para procurarme una muerte digna; que no me apliquen tratamientos de apoyo o terapias no contrastadas que no demuestren efectividad o que sean futiles".

Terribas ha destacado que en esta nueva versión se ha incluido otro punto, dirigido a las personas embarazadas, en las que éstas piden que "el documento quede en suspenso hasta después del parto, siempre que no afecte negativamente al feto". A diferencia del testamento vital de la iglesia aprobado hace dos años, éste contiene un apartado que permite revocarlo y dejarlo sin efecto, mientras que para que sea válido deberá contar con la firma de tres personas, dos de las cuales no podrán tener parentesco o relación patrimonial con el paciente.