(Libertad Digital) Los estudiantes en Cataluña que no quieran tener problemas para aprobar este año la Selectividad tendrán que haber leído antes el libro de Quim Monzó. La mayoría, de hecho, ya lo habrá terminado. La edad de los alumnos que, por obligación, se han asomado a Olivetti, Moulinex, Chaffoteaux et Maury oscila entre los 17 y los 18 años.
Tal es la importancia que la Generalidad de Cataluña concede a este libro concreto de Monzó que desarrolló incluso un seminario en el que se orientaba a los profesores sobre cómo se debe explicar esta obra y qué objetivos debe alcanzar el alumno para considerarlo suficientemente preparado para la vida universitaria. Lea AQUÍ el informe de la Generalidad (PDF). En la página web de la Generalidad se detallan las condiciones del ejercicio.
La elección de los libros de obligada lectura no es, lógicamente, asunto de los autores. Pero tampoco es responsabilidad exclusiva de una comunidad autónoma (la Educación está trasferida por el Estado a las CCAA). Las universidades tienen también la posibilidad de sugerir, como debería ocurrir en este caso, la improcedencia de un texto que relata a los jóvenes un mundo de pervertidos sexuales, adictos a las drogas, violadores, pederastas o defensores del crimen como necesidad o diversión. Así es Olivetti, Moulinex, Chaffoteaux et Maury de Quim Monzó, presentado como uno de los autores más prolíficos de la literatura catalana actual.