L D (EFE) La cuñada y el hermano de Ramón, Manuela Sanles y José Sampedro, respectivamente, polemizaron sobre la decisión de Maneiro de ayudar al tetrapléjico de la localidad coruñesa de Porto do Son (A Coruña) a quitarse la vida, como había solicitado éste reiteradas veces. Sanles, quien se mostró en todo momento muy molesta por la confesión de Ramona realizada en el programa de Ana Rosa Quintana que no le había sorprendido la noticia, "porque todo el mundo sabía que ella era la asesina".
La cuñada de Sampedro, el primer español que reclamó judicialmente el derecho a elegir su muerte, reconoció que Ramón había pedido a la familia ayuda para morir, pero que no fueron capaces de hacerlo porque "le querían". Tras insistir en que se trató de "un asesinato", Manuela Sanles comentó que ellos querían luchar por "la eutanasia que él quería, no la que le dio Ramona", en referencia al cianuro que le suministró en un vaso con agua y que bebió el propio Sampedro, tras pedir que se grabara su muerte para no culpar a nadie de su acto.
Sanles indicó que, aunque ha prescrito el delito por el que se podía acusar a Maneiro, "si la pudiera ver muerta, ahorcada, como ella ahorcó a Ramón, le haría lo mismo", aseveró. La cuñada de Sampedro, con quien había vivido alrededor de treinta años, relató que éste conocía a muchas mujeres, pero todas le decían: "Ramón, tú no tienes por qué morir". "Era un hombre muy inteligente que luchó por morir dignamente, pero encontró una mano negra que le dijo: sí, yo te ayudo", comentó.
"Le tenía como un perro abandonado"
Sanles aseguró que, cuando Ramón se fue a vivir con ella, "le tenía como un perro abandonado", mientras que cuando estaba en su casa, con la familia, éste "no tuvo ni una sola llaga" en el cuerpo. "Jamás en la vida perdonaré a esa mujer. Para mi siempre será la asesina de Ramón", dijo Sanles, quien insistió en que a éste nunca le había faltado cariño y que incluso "le quería tanto como a un hijo". Además, indicó que Ramona iba a verle cuando vivía con la familia, una y otra vez, y sugirió que este interés podría deberse a que quería ganar dinero, pero "desde luego, por cariño, no".
José Sampedro aseguró a Efe que su hermano le había confesado que ella sería la persona que iba a ayudarle a quitarse la vida, aunque insistió en que Ramón "no tenía idea de morir tan pronto". "De amor nada. Por amor no se mata a una persona", apuntó José, para quien la muerte de su hermano fue "un crimen verdadero".