L D (EFE) El último incidente se produjo el pasado jueves en las calles del distrito de Ciutat Vella. Un grupo de incontrolados, algunos embozados y con capuchas, al más puro estilo de los terroristas callejeros que imponen el terror en el País Vasco, dispararon con cohetes pirotécnicos contra la Policía, lanzaron piedras y botellas, rompieron el mobiliario urbano y destrozaron escaparates aprovechando el final de una manifestación vecinal. Hubo dos detenciones, la de un leridano de 34 años y una "okupa" alemana de 25. Esta última había herido en la cabeza a un mosso d'esquadra de un botellazo.
Los agentes autonómicos han constatado que algunos de estos violentos, que suelen usar técnicas de "guerrilla urbana" se mezclan con jóvenes que viven en casas ocupadas, pero que otros llevan una vida aparentemente más normal en el domicilio familiar. La policía sostiene que Barcelona despierta un cierto "atractivo turístico" para jóvenes de movimientos alternativos de toda Europa.
Los incidentes de este año comenzaron el pasado 4 febrero. Un guardia urbano resultó herido muy grave y otros tres leves durante un enfrentamiento entre agentes de la policía municipal barcelonesa y un grupo de "okupas" que estaban celebrando una fiesta ilegal en los bajos de un inmueble. Hubo nueve detenidos.
Al mes siguiente, los detenidos fueron 54 jóvenes. Otra vez los antisistema se enfrentaron a la Policía cuando pretendían organizar un "macrobotellón" en el casco antiguo. 68 personas resultaron heridas leves.