"El debate no está cerrado" aseguró Pepe Navarro, director general de la DGT. La polémica tampoco. Casi dos millones de multas fueron tramitadas entre 2007 y 2008, y todavía hoy existen muchas dudas sobre el protocolo de la DGT para colocar los radares en vías rápidas con algún afán recaudatorio.
Navarro dice que "se siente cómodo si hay un radar en una recta de una autovía", porque la función de los puntos de control es precisamente que "las velocidades se cumplan" y "no tiene sentido instalar un radar fijo en una carretera secundaria" añadió.
Navarro explica que "el incremento" en el número de radares que controlan la velocidad de los conductores en las carreteras "ha de hacerse poco a poco" y "no puede ser un crecimiento ilimitado", por lo que abogó por poner un máximo relacionado con los kilómetros de carreteras.
Actualmente, hay alrededor de 520 puntos de control fijos en las carreteras. El objetivo marcado por el Plan Estratégico Nacional de Seguridad Vial era alcanzar la cifra de 2.000 radares para 2012.