
(Libertad Digital) La Asociación ADELA ha evitado pronunciarse en un comunicado sobre el suicidio hace una semana de Madeleine Z., una mujer de 69 años que sufría esta dolencia, porque la decisión individual de un enfermo, siempre que ésta se tome en un entorno adecuado y con las facultades mentales plenas, merece "el mayor de los respetos".
Sin embargo, acto seguido aclara que "lucha día tras día por todo lo contrario", ya que su objetivo es "mandar un mensaje continuo de esperanza" a todos los enfermos, familiares y cuidadores, para que la vida con ELA "sea lo más plena y positiva posible". "No reclamamos a la Administración la ayuda a morir. Todo lo contrario", subraya ADELA, que quiere que las instituciones públicas se impliquen para que los enfermos de ELA, cuya vida "cambia tanto" tras el diagnóstico, puedan cubrir todas sus necesidades mínimas para vivir dignamente.
Sin embargo, acto seguido aclara que "lucha día tras día por todo lo contrario", ya que su objetivo es "mandar un mensaje continuo de esperanza" a todos los enfermos, familiares y cuidadores, para que la vida con ELA "sea lo más plena y positiva posible". "No reclamamos a la Administración la ayuda a morir. Todo lo contrario", subraya ADELA, que quiere que las instituciones públicas se impliquen para que los enfermos de ELA, cuya vida "cambia tanto" tras el diagnóstico, puedan cubrir todas sus necesidades mínimas para vivir dignamente.
Derecho a vivir dignamente
El presidente de la Asociación Valenciana de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ADELA-CV), Emilio Ferreres, ha lamentado en una carta al director publicada en El País que "los héroes sean siempre los que ponen fin a su vida". La carta se titula Derecho a vivir dignamente y ha mostrado su indignación porque "se magnifique y se relacione una discapacidad grave con la pérdida de la dignidad por vivir".
El presidente de la Asociación Valenciana de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ADELA-CV), Emilio Ferreres, ha lamentado en una carta al director publicada en El País que "los héroes sean siempre los que ponen fin a su vida". La carta se titula Derecho a vivir dignamente y ha mostrado su indignación porque "se magnifique y se relacione una discapacidad grave con la pérdida de la dignidad por vivir".
Para terminar hace una recomendación a los medios de comunicación, de los que opina que su "deber además de informar de hechos tan lamentables como el de Madeleine, también sería mostrar la tenacidad y la esperanza de miles de personas con una dependencia grave".