La Aído británica quiere obligar por ley que la Iglesia ordene a mujeres y homosexuales
La ministra de Igualdad británica prepara una ley que no va a la zaga a las medidas tomadas por su homóloga española. Los obispos católicos podrán ser denunciados por discriminación si no ordenan a mujeres u homosexuales. El objetivo: condicionar el comportamiento de los que dirigen el culto.
Harriet Harman es la ministra de Igualdad de Reino Unido y dirigentes del Partido Laborista. Una de sus polémicas medidas en esta cartera fue proponer que una mujer supuestamente maltratada que matase a su pareja no fuese acusada de asesinato.
Según informa The Catholic Herald, su última medida es el proyecto de la Ley de Igualdad, que no tiene nada que envidiar a las medidas que Bibiana Aído está tomando en España. Los principales afectados en esta iniciativa de Harman sería la Iglesia Católica en Reino Unido.
A la laborista no le gusta que los sacerdotes católicos sean hombre célibes y quiere cambiar esta situación por ley, le pese a quien le pese, y a pesar de la oposición y las críticas de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales. Para ello, pretende que con este proyecto de ley que se pueda condicionar el comportamiento de los que dirijan el culto o se dediquen a la enseñanza.
A juicio de la ministra británica, el que la Iglesia Católica no admita la ordenación de mujeres u homosexuales es una discriminación y consideran que el comportamiento a seguir debe ser marcado por el Estado, a través de leyes de este tipo, y no por la Jerarquía católica. Esto se traduciría en que los obispos no podrían controlar el comportamiento de sacerdotes porque éstos no responderían ante la Iglesia,
En este sentido, Richard Kornicki, un ex alto cargo del Ministerio del Interior y que actualmente media entre el Parlamento y los obispos, ha asegurado que la Iglesia podría ser perseguida por discriminación sexual si rechaza a homosexuales o mujeres como sacerdotes. Es decir, la Iglesia no podría decidir según sus creencias ya que esta cuestión corresponde al Estado.
Por ello, si finalmente se aprueba este polémico proyecto de ley, y los obispos deciden ser fieles a su ministerio y se rebelan contra el Gobierno, podrían enfrentarse a fuertes multas por discriminación, al embargo de sus activos e incluso, en el peor de los casos, a penas de prisión.
La Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales denuncia que sus quejas han sido ignoradas por la ministra durante más de dos años. Así, critican que esta ley reduce la capacidad de la Iglesia de determinar el estilo de vida de sus miembros, en este caso de los sacerdotes. Además, se oponen a que el Gobierno decida los que los curas están obligados o no a hacer.
Según recoge ReL, el Centro Tomás Moro, a través de Neil Adisson, ha criticado el abuso de las autoridades y critica que se quiera considerar a los sacerdotes como empleados y no como titulares de cargos. Considera además que especialmente Harman pretende imponer su ideología. "Los partidarios de esta ley están muy ideologizados. Les encantaría que un transexual pleiteara para seguir siendo sacerdote", pone como ejemplo.
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