L D (EFE) Los nuevos beatos fueron proclamados mientras las decenas de miles de presentes en la plaza de San Pedro rompieron en aplausos que duraron varios minutos y sonaba música sacra. En la fachada principal de la basílica de San Pedro fueron descubiertos cinco retratos de tamaño gigante de los nuevos beatos.
Tras proclamarles beatos estipuló que la fiesta del beato Juan Nepomuceno Zegri se celebre el 11 de octubre y la de la beata Bonifacia Ropdríguez Castro el 6 de junio.
El obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, y el de Zamora, Casimiro López Llorente, fueron los encargados de solicitar al Papa la beatificación, respectivamente, de Juan Nepomuceno Zegrí (fallecido en la ciudad andaluza) y Bonifacia Rodríguez (fallecida en la ciudad castellano-leonesa). Los dos prelados leyeron sendas biografías de los nuevos beatos. Tras la proclamación fueron donadas al Papa reliquias de los nuevos beatos. Las de Bonifacia Rodríguez fueron extraídas de las vértebras y las costillas y las de Juan Nepomuceno Zegrí fueron pequeños huesos de la falange de un dedo.
Con estas beatificaciones, el número de siervos de Dios elevados a la gloria de los altares por Juan Pablo II en sus 25 años de pontificado asciende a 1.324. La hasta ahora última beata proclamada por el Obispo de Roma había sido la madre Teresa de Calcuta, el pasado 19 de octubre. En estos 25 años de pontificado también ha proclamados 476 santos, lo que supone que el anciano Pontífice polaco ha canonizado y beatificado a más de la mitad de los santos de toda la historia de la Iglesia.
Tras proclamarles beatos estipuló que la fiesta del beato Juan Nepomuceno Zegri se celebre el 11 de octubre y la de la beata Bonifacia Ropdríguez Castro el 6 de junio.
El obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, y el de Zamora, Casimiro López Llorente, fueron los encargados de solicitar al Papa la beatificación, respectivamente, de Juan Nepomuceno Zegrí (fallecido en la ciudad andaluza) y Bonifacia Rodríguez (fallecida en la ciudad castellano-leonesa). Los dos prelados leyeron sendas biografías de los nuevos beatos. Tras la proclamación fueron donadas al Papa reliquias de los nuevos beatos. Las de Bonifacia Rodríguez fueron extraídas de las vértebras y las costillas y las de Juan Nepomuceno Zegrí fueron pequeños huesos de la falange de un dedo.
Con estas beatificaciones, el número de siervos de Dios elevados a la gloria de los altares por Juan Pablo II en sus 25 años de pontificado asciende a 1.324. La hasta ahora última beata proclamada por el Obispo de Roma había sido la madre Teresa de Calcuta, el pasado 19 de octubre. En estos 25 años de pontificado también ha proclamados 476 santos, lo que supone que el anciano Pontífice polaco ha canonizado y beatificado a más de la mitad de los santos de toda la historia de la Iglesia.