L D (EFE) Con estas palabras, el novelista catalán respondió a la pregunta de una de las alumnas que participaron en este encuentro literario organizado por la Generalitat en el Monasterio de San Miguel de los Reyes.
Marsé (Barcelona, 1933) añadió que no utiliza su lengua materna para escribir porque "los escritores aprendices fabulan en la lengua por la que les entra la ficción", por tanto "todo" lo que él leía "era en castellano" y su "discurso mental" lo hacía en el mismo idioma. No obstante, recalcó que, aunque pueda parecer anómalo no escribir en catalán, "antes de la represión cultural y social franquista Barcelona ya era bilingüe, así que es perfectamente normal que escriba mis novelas en castellano".
El autor de obras como "El embrujo de Shangai" y "Ultimas tardes con Teresa" dijo que en la obra de todo escritor hay elementos autobiográficos. "Incluso el novelista más fantasioso trabaja sobre un pasado o presente real", apuntó.
Por otra parte, Marsé comentó que sus primeras lecturas fueron tebeos, novelas de aventuras y de mundos exóticos, "nada que tuviera que ver con la realidad", aunque con el paso del tiempo ha atendido más a su entorno, se ha preocupado más por lo que pasa en su barrio, su ciudad, su país y el mundo que le ha tocado vivir.
Marsé (Barcelona, 1933) añadió que no utiliza su lengua materna para escribir porque "los escritores aprendices fabulan en la lengua por la que les entra la ficción", por tanto "todo" lo que él leía "era en castellano" y su "discurso mental" lo hacía en el mismo idioma. No obstante, recalcó que, aunque pueda parecer anómalo no escribir en catalán, "antes de la represión cultural y social franquista Barcelona ya era bilingüe, así que es perfectamente normal que escriba mis novelas en castellano".
El autor de obras como "El embrujo de Shangai" y "Ultimas tardes con Teresa" dijo que en la obra de todo escritor hay elementos autobiográficos. "Incluso el novelista más fantasioso trabaja sobre un pasado o presente real", apuntó.
Por otra parte, Marsé comentó que sus primeras lecturas fueron tebeos, novelas de aventuras y de mundos exóticos, "nada que tuviera que ver con la realidad", aunque con el paso del tiempo ha atendido más a su entorno, se ha preocupado más por lo que pasa en su barrio, su ciudad, su país y el mundo que le ha tocado vivir.