L D (EFE) El Servicio de Meteorología de Japón advirtió este lunes de que, aunque está disminuyendo la actividad sísmica, aún hay riesgo de que se produzca algún nuevo seísmo de al menos seis grados que podría causar nuevas destrucciones.
El primero de los terremotos que sacudió Niigata en la tarde del sábado tuvo una magnitud de 6,8 grados en la escala de Richter. Más de 2.600 viviendas resultaron dañadas en toda la provincia de Niigata; de ellas, 156 quedaron totalmente destruidas y diez ardieron. En Niigata, al menos 86.000 personas tuvieron que ser evacuadas y pasaron las noches del domingo y el lunes en centros de acogida distribuidos en 38 localidades.
La mayor parte de las muertes se produjeron al hundirse viviendas o debido a los corrimientos de tierra que afectaron a 37 ciudades y aldeas de esa provincia situada a más de 200 kilómetros de Tokio. También murieron varios ancianos que sufrieron ataques cardiacos ante el terror que les produjo la ola de terremotos. Además de las carreteras destruidas y los poblados devastados, el sábado descarriló un tren de alta velocidad, aunque no se produjeron víctimas entre sus pasajeros. Japón no había sufrido una serie de terremotos con un balance tan trágico desde que el seísmo de 7,2 grados ocurrido en Kobe en 1995 causara al menos 6.400 muertos.