LD (Agencias) Los primeros ministro de Italia y Rumania, Romano Prodi y Colin Popescu Tariceanu, se han comprometido en Roma a intensificar el trabajo conjunto en materia de inmigración. Para ello, ambos acordaron medidas comunes y pidieron a la Unión Europea que haga un esfuerzo mayor para afrontar los problemas ligados a los flujos intracomunitarios.
Según fuentes diplomáticas, Prodi y Popescu trataron de la crisis abierta entre Italia y Rumania por un decreto del Gobierno de Roma que prevé la expulsión de ciudadanos de la UE por motivos de seguridad y que afecta especialmente a los inmigrantes rumanos, los llamados "rom".
Tras ratificar lo que su ministro del Interior, Giuliano Amato, ya había adelantado (quedan descartadas las deportaciones masivas), Prodi explicó que entre Italia y Rumania se intensificará el trabajo conjunto en materia de inmigración, conciliando "la necesidad de seguridad de nuestros conciudadanos, ya sean italianos o rumanos, con el de garantizar el pleno ejercicio del derecho de la libertad de circulación", que es una libertad fundamental de la UE.
Además de acordar medidas para mejorar la cooperación bilateral en materia de seguridad y justicia, ambos políticos esperan que la Unión Europea "movilice lo mejor posible los recursos de que dispone". Prodi añadió que "hemos pedido a la Unión Europea que haga más, pues está claro que para afrontar un asunto como el de los flujos (migratorios) intracomunitarios es necesario que también la UE trabaje a la altura de los problemas que surgen".
Crimen en Roma
Con esta reunión, desarrollada en un "clima de amistad", ambas partes quieren poner fin a las tensiones de las últimas semanas, tras el asesinato en Roma de una mujer (esposa de un militar) presuntamente a manos de un rumano. Enseguida, el Gobierno local aprobó con carácter de urgencia un decreto, ya previsto dentro de un "paquete de seguridad", que autoriza las expulsiones de ciudadanos de la UE por motivos de seguridad pública. Dotaciones de policías comenzaron a desalojar los primeros asentamientos "rom" y a expatriar al primer grupo de irregulares. El clima de tensión se saldó también con algunos episodios de violencia xenófoba contra ciudadanos de ese país.
En la reunión con Prodi, Popescu se comprometió a reforzar los controles y la presencia del consulado y la embajada en Italia. También anunció que "no habrá tolerancia para los delincuentes" y que aumentará el número de sus agentes de Policía en territorio italiano. De manera paralela, ambos países se han comprometido a crear un grupo operativo policial común con el fin de "combatir el crimen" y la cooperación entre los guardias fronterizos.