(Libertad Digital) Los vertidos anegaron la mayor parte del litoral gallego y se extendieron por toda la cornisa cantábrica en la mayor catástrofe ecológica sufrida en España.
La fauna marina y las aves sufrieron las consecuencias y el sector pesquero se vio forzado a paralizar sus actividades. Como consecuencia al desastre, el Gobierno elaboró distintos planes de actuación integral para paliar las pérdidas económicas y medioambientales derivadas del desastre, como el "Plan Galicia".
El 16 de noviembre, la Consejería de Pesca del Gobierno gallego prohibió el marisqueo y la pesca con artes menores entre el Cabo Touriñán y Caión. Pero la marea negra llegó a las Rías Bajas y anegó parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, poniendo en peligro el espacio costero más rico en marisco de Europa, por lo que la Xunta extendió la prohibición para pescar y mariscar desde Punta Caladeira hasta la desembocadura del Río Miño, casi el 80 por ciento de litoral gallego.
El 23 de enero, la Xunta presentó el plan para la reactivación económica gallega tras la catástrofe, que se desarrollará en el periodo 2003-2006 y que prevé inversiones por 1.663 millones de euros.
Las aperturas se realizan sobre informes del IEO
A principios de febrero, la Consejería de Pesca levantó la prohibición de mariscar desde Monto Louro a La Guardia, en la frontera con Portugal, al asegurar que los análisis científicos sobre el estado de las aguas y los moluscos garantizaban las perfectas condiciones del marisco. La mayoría de las cofradías afectadas decidió, sin embargo, no faenar en espera de mayores garantías. El 17 de marzo se abrió a la pesca en todas sus modalidades, salvo cerco –que se abrió el día 24– en toda la cornisa Catábrica, salvo en la Costa de la Muerte gallega.
En junio, Presidencia del Gobierno informa de que el 99,69 por ciento de las muestras de pescado y marisco procedentes de la zona afectada presentan niveles de hidrocarburos por debajo de los límites establecidos y son aptos para el consumo.
El pasado 8 de octubre se levantó la prohibición de mariscar en el tramo comprendido entre Finisterre y Punta dos Remedios, el último sobre el que aún pesaba la veda.