L D (EFE) Según han explicado este miércoles fuentes del CSN, el organismo regulador ha ratificado en su Pleno las tres sanciones graves propuestas este martes por el CRES por los sucesos de corrosión en el sistema de aguas de servicios esenciales detectados el 25 de agosto de 2004 en Vandellós II y que han mantenido este año la central parada durante cinco meses y medio.
La cuantía de la sanción, añadieron las mismas fuentes, deberá ser determinada por Industria, que podría llegar a un máximo de 1.800.000 euros, ya que cada sanción grave puede ser multada con un tope de 600.000 euros. La primera de las sanciones graves, explicaron las fuentes del CSN, ha sido impuesta por incumplimiento de las condiciones establecidas en los documentos de autorización y explotación de la central. La segunda ha sido debida a la falta de medidas correctoras ante ese incumplimiento. El CSN ha propuesto a Industria una tercera sanción grave por la falta de comunicación de la central con el organismo regulador, lo que, a juicio del organismo, complicó la resolución del caso.
El Consejo enviará ahora estas tres propuestas de sanción graves al ministerio de Industria, que decidirá la cuantía de la sanción. Fuentes del ministerio de Industria han explicado que "la única competencia" del CSN es "proponer la tipología de la falta", es decir, determinar si ha sido "leve, grave o muy grave" y que será el ministerio el que, tras instruir una causa, decida si sanciona o no a la central y en el caso de que sí, la cuantía de la multa.
El plazo para imponer las sanciones leves es como máximo de un año a partir de que se registrara el incidente, de tres años en el caso de las graves y de 5 años en las muy graves. Si el ministro de Industria determina finalmente que Vandellós II incurrió en sanción grave, el plazo para imponerla terminaría en agosto de 2007. El incidente origen de las sanciones se calificó inicialmente con un nivel "0", es decir, sin trascendencia para la seguridad en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES). En octubre pasó a ser un "1", y el CSN acabó otorgándole un "2" en el mes de mayo, el más grave en las nucleares españolas desde 1992, cuando se dio esa calificación a Trillo (Guadalajara) por otro incidente.