L D (Agencias) Un año después del fuego que costó la vida a más de once personas de un retén contra incendios en la provincia de Guadalajara, los familiares de las víctimas continúan reclamando justicia y que se lleven a cabo las medidas necesarias para que no se vuelva a repetir una tragedia–humanitaria y ecológica– de esta envergadura.
Con lágrimas en los ojos, pero serenos, los familiares de los trabajadores que hace un año murieron mientras trataban de apagar el fuego escucharon atentos la misa funeral oficiada, la noche de este sábado, en la iglesia de Santa María, de Cogolludo, de donde partió el malogrado retén aquel trágico día, el 17 de julio. Al final de la eucaristía varios familiares se dirigieron a los asistentes y se leyó un poema titulado "Déjame perdonarte", así como un manifiesto en el que expresaban el año de dolor y ausencia que ha transcurrido desde entonces, "un año de insultos e incomprensiones y de perversas sinrazones". "Ha pasado un año lleno de mentiras que nos alargan las noches y nos eternizan los días" mientras que "ellos alcanzaron su asiento y por no dejarlo han perdido su humanidad", leyó Susana Rodríguez, esposa de Alberto Cemillán, uno de los miembros del retén forestal que falleció en el incendio.
En su manifiesto, los familiares mencionaron la lucha en que siguen con el único objetivo de lograr "que nunca jamás vuelva a suceder una catástrofe medioambiental" como la que ocurrió y pidieron justicia y que no les mientan. También invitaron a los asistentes a asistir al funeral y la concentración que tendrá lugar el próximo lunes en Guadalajara. El de este sábado fue el primer acto de homenaje que, con motivo de cumplirse el primer año de la muerte de estos trabajadores, se ha realizado precisamente en el municipio del que ese día partió el retén forestal. A lo largo del fin de semana está previsto que distintas localidades de la zona afectada por el fuego celebren misas y actos en recuerdo de los fallecidos.
Las labores de recuperación no van a buen ritmo
Los alcaldes de los pueblos afectados por el incendio registrado en el noreste de la provincia de Guadalajara reviven con angustia el primer aniversario de la tragedia que arrasó un superficie de casi 13.000 hectáreas y confían en que la zona se recupere, aunque "la herida sigue abierta". Los regidores de estos municipios coinciden en que en sus pueblos se vivieron y se viven todavía "momentos muy duros" y aseguran que "nunca podrán olvidar" este suceso que acabó con la vida de once agentes forestales el 17 de julio de 2005 a los que recordarán con funerales este fin de semana.
La sensación de poder haber hecho más de lo que hicieron, el recuerdo de las víctimas que dieron su vida por salvar los pinares, las caras de los más ancianos del lugar viendo cómo su monte ardía y la tristeza de no volver a verlo, puesto que tardará casi medio siglo en recuperarse, es una constante en todos los regidores. La mayoría de los gobernantes, del PSOE, creen que se están cumpliendo muchas de las palabras dadas, aunque los más críticos, como la alcaldesa de Mazarete (PP), Lucía Enjuto, o incluso el socialista José Miguel del Castillo, regidor de Ablanque, dicen que no va al ritmo que les gustaría y saben también que la zona nunca volverá a estar como antes.