No se rompe la cabeza la prensa nacional en sus titulares. Todos coinciden (excepto Público, siempre llevando la contraria) en calificar de "fracaso" la huelga general. El País no se moja y se decanta por lo institucional: "Zapatero mantendrá la reforma laboral tras una huelga de impacto moderado", dice solemne. Y luego llega la retahíla de fracasos. El Mundo: "Fracaso general". La Gaceta: "Estrepitoso fracaso del intento de huelga de Zapatero, Toxo y Méndez". La Razón: "Fracaso de la huelga borroka". ABC: "Fracaso general". Público vivió otra huelga: "Los sindicatos superan el examen. La industria se para, la calle se mueve".
El País se divide entre los que piden una "solución negociada" (Antonio Gutiérrez) y los que creen que "más grave que no haber hecho el ajuste sería dar ahora marcha atrás a causa de la huelga" (Patxo Unzueta). Subraya el periódico el "enfado" de Toxo y Méndez por los "episodios violentos", aunque no especifica cuáles.
Dice el editorial que la huelga fue "un discreto éxito para los sindicatos" pero que el Gobierno "no recibió de la ciudadanía un mensaje abierto y masivamente contario a su política económica". Y lanza un mensaje a los sindicatos. "Con el paso de los días, UGT Y CCOO empezarán a entender que es más útil formar parte de una negociación que oponerse a ella". Vamos, más o menos viene a decir a los sindicatos que ya se han desahogado y que pasada la rabieta se sienten a comer a la mesa.
Público está eufórico. "Sindicatos y gobierno salvan la jornada sin salir derrotados. Ni vencedores ni vencidos", dice. Llega al éxtasis con las manifestaciones y sus eslóganes: "¡Viva la lucha de la clase trabajadora!". Jesús Maraña constata que "no se produjo, desde luego, el fracaso de la convocatoria" y Juan Carlos Escudier añade que se ha confirmado que los sindicatos "no es que gocen de una salud excelente pero van tirando con sus achaques". Isaac Rosa afirma que algunos diarios se van a tener "que tragar" el "deseado titular a toda página de 'la huelga fracasa'", que "ha tenido que ser desplazado por el menos entusiasta de "los sindicatos no logran paralizar el país". Pues cuando lea la prensa hoy se va a llevar una gran desilusión, porque no le han hecho ningún caso.
Para ABC "los ciudadanos no reconocen a los sindicatos legitimidad para liderar una protesta general, después de haber sido acompañantes de cámara del enrocamiento de Zapatero contra la crisis y ahora por organizar una huelga que esconde al Gobierno de sus verdaderas responsabilidades, diluyéndose en acusaciones contra la derecha, el mercado y los empresarios". Ignacio Camacho psicoanaliza al presidente. "Todo el mundo sabe que su conciencia y su pensamiento están más cerca de los sindicaos que de su propia política actual del brazo forzado". "El Zapatero de marzo le habría hecho huelga al Zapatero de septiembre". Seguro que a Zapatero le encanta esta frase. Es más, apuesto a que la enmarca y la luce en su campaña electoral junto al carnet de UGT.
La Razón se centra más en la actuación de los piquetes. "Lo más significativo de la huelga de ayer no fue su fracaso, sino el carecer violento de los piquetes" que tuvo "un protagonismo y una extensión desmesurado". "La utilización de una colección de mastuerzos armados de palos muestra la ausencia de juego limpio sindical".
La Gaceta se venga hoy del boicot sufrido ayer. "No soportan las verdades que el Grupo Intereconomía ha sacado a la luz. Tratan de silenciar una voz libre que ha dejado en evidencia el carácter escasamente representativo y parasitario de los sindicatos". Y se mete con la portada de Público de ayer. "La mayor parte de los rotativos nacionales también sortearon la presión de los piquetes y no hicieron huelga, a excepción de Público, cuya portada parecía la hojita parroquial del sindicalismo". Pero si era monísima, caramba. Algunos no aprecian el arte.
El Mundo cree que "no hay duda de que los sindicatos salen muy debilitados de esta convocatoria" en la que "los sindicatos no querían hacer daño a un gobierno que tampoco quería que fracasara el paro". "Los sindicatos han quemado su última gran baza en esta huelga que se ha vuelto contra ellos". Anson, como Camacho, llora por Zapatero, "lo que le pedía ayer el cuerpo al presidente davidoso era sumarse a la huelga".
Cuenta el periódico que la manifestación de Madrid "fue tan anárquica que hubo muchas pancartas contra los sindicatos". "Huelga a pesar de los sindicatos", "políticos, corruptos; sindicatos, mantenidos y los obreros jodidos", "sindicatos traidores: la huelga es de los trabajadores. La dignidad no se negocia. Huelga hasta vencer". Dice que los sindicalistas se tomaron esos ataques con buen humor, o sea que no se liaron a palos con los disidentes. Nos alegramos.
David Gistau nos desempacha de huelga y cuenta que De la Vega tenía ayer "uno de esos días en que se le queda el peinado como a Piolín" y que "en próximas semanas, esperamos que diga que el PP se baña por las mañanas en la sangre de los recién nacidos que secuestra por las noches". ¡No! ¿Y Gistau se guarda la exclusiva? ¿Y qué hace De la Vega entretenida con los mendigos con tan suculenta noticia?