La reunión del G-20 en Toronto se lleva la foto en casi todas las portadas de hoy. Aunque las interpretaciones son diferentes, gana la advertencia de Geithner, secretario del Tesoro de EEUU, a España y Grecia para que reduzcan el déficit cuanto antes. Por lo demás, cada periódico lleva destaca informaciones propias.
La Gaceta sigue, como no podía ser de otra manera, sacando los colores a José Bono a cuenta de su hípica Almenara. Dice hoy que los cinco empleados de dicha hípica no tenían papeles y señala a su secretaria en la Junta. Dice La Gaceta de ella que representó legalmente a la hípica.
En El Mundo, destacan el "afeitado" de la reforma laboral que hizo Zapatero tras ignorar a los asesores de Botín y hacer caso a los de UGT y Comisiones. Eso al menos cuenta Casimiro García Abadillo. Una edición, la de El Mundo, de hoy donde Pedro J. carga en su carta las tintas contra el presidente y le acusa de ser un médico que cree que el paciente ha sanado porque le ha bajado unas décimas la fiebre.
Quien no habla de Zapatero es Antonio Gala que utiliza su tronera para atizar a la Iglesia a quien señala como una maestra en eso de multiplicar sospechosamente el dinero. Asunto en el que coincide con El País que abre su suplemento Domingo con "La nobleza negra del Vaticano", un reportaje en el que acusa a "personas cercanas al papa" de estar implicadas "en casos de corrupción".
Pero no sólo atiza a la Iglesia el diario El País, también a Zapatero y por la reforma laboral. Dice en su editorial, que el presidente del Gobierno ha sido demasiado impreciso en los puntos clave del decreto.
Además, es un día en el que se prodigan los publirreportajes, como los que dedica ABC a Javier Arenas, o su extensa entrevista a José Bono. Pero especialmente interesante resulta el de Rubalcaba en El País Semanal. Para muestra un botón, dice no querer volver a Moncloa. Además, Millás, en su retrato del ministro del Interior no duda en mostrar una fotografía de un jovencísimo Rubalcaba, con pelo y corriendo los 100 metros lisos en 10,9 segundos.
Otro que aparece hoy en El País es López Garrido. Después de numerosas preguntas y respuestas complacientes sobre la presidencia española de la UE, Garrido reconoce que lo que fue una frustración para el Gobierno es el plantón que les dio Obama, aquella ansiada conjunción planetaria pronosticada por Pajín.
Y es que Obama no quiso o no pudo estar con Zapatero en aquella ansiada cumbre. Ahora, en el G-20 habrá podido verse disfrazado de Rambo. Eso, si alguien le ha pasado el ABC , que gracias Manuel de la Fuente y Juan Cáneba Clavero muestra la caricatura de un Obama armado hasta los dientes y con cinta roja en la cabeza para despedir al general McChrystal.