LD (EFE) Josef Fritzl se hizo una vez pasar por su hija Elisabeth, a la que mantuvo encerrada 24 años en un sótano, para anunciar en una llamada telefónica a su esposa que había dejado uno de sus bebés en la puerta de la casa familiar. El jefe de la policía de Baja Austria, Franz Polzer, ha explicado que el violador-secuestrador relató en un interrogatorio que llamó una vez a su mujer, disimuló su voz y se hizo pasar por su hija para decir que había dejado un bebé en la puerta de su casa.
"Tenemos un acta de la policía de entonces, porque la mujer informó a las autoridades de esa llamada", dijo Polzer. Según el protocolo policial, Fritzl le habría dicho a su mujer: "por favor no te enfades. No te puedo decir dónde estoy. Por favor, ocuparos de mi bebé, que acabo de dejar en la puerta de la casa". El mando policial agregó que la esposa de Fritzl se mostró sorprendida por la llamada, sobre todo porque la familia había cambiado su número de teléfono y muy pocas personas tenían el nuevo.
Por otra parte, Polzer confirmó una información del diario austríaco "Kurier", según la cual la puerta del zulo subterráneo, en el que Fritzl encerró a su hija y tres de sus hijos, tenía un mecanismo con temporizador para facilitar su apertura si durante días no era accionada. Esa puerta, que pesaba unos 300 kilos, fue instalada después de 1983, cuando las autoridades locales dieron su visto bueno para ampliar el sótano bajo la casa.
Las autoridades protegen a la familia del "gran interés mediático"
Y es que la "prioridad" actual del equipo de expertos es precisamente proteger a la familia afectada, sobre todo "del gran interés mediático, para evitar una traumatización secundaria". El director del hospital, Berthold Kepplinger, señaló que "tenemos que ser muy cuidadosos para no causar presión en los pacientes". Por otro lado, en la sección de cuidados intensivos de una Clínica de Amstetten continuaba en estado crítico, aunque "estable" en un coma inducido la joven Kerstin Fritzl, de 19 años, la mayor de las hijas de Elizabeth.