L D (Agencias) El calabozo, donde el "carcelero de Amstetten" Josef Fritzl encerró a su hija Elisabeth durante 24 años centró este viernes las investigaciones de la policía austríaca, mientras ha aparecido un acta policial que demuestra que el acusado ya había cometido en el pasado otros varios delitos sexuales.
El jefe de la investigación, Franz Polzer, indicó que al zulo se accedía sólo a través de dos puertas de acero, con un mecanismo electrónico para su apertura y cierre a distancia, asegurado con un código secreto que sólo Fritzl conocía. Según dijo el funcionario, el trabajo de los policías se complica ante la falta de espacio y oxígeno en el calabozo, lo que obliga a los peritos a interrumpir su trabajo con frecuencia para tomar aire.
Para evitar que los agentes dejen huellas de ADN en el lugar, deben trabajar siempre con máscaras, explicó Polzer ante la prensa y agregó que las pesquisas en el lugar durarán varias semanas más.
Elisabeth, de 42 años, estuvo encerrada en el sótano de su casa familiar durante casi un cuarto de siglo, donde fue violada sistemáticamente por su padre, con el que tuvo siete hijos, nacidos bajo tierra en condiciones infrahumanas.
La policía está tratando de entender cómo funcionaba toda la infraestructura subterránea instalada por Fritzl a lo largo de los años debajo de su casa. "En el calabozo hay muchos caños, que desaparecen en las paredes. Todo está muy bien aislado con espuma industrial", dijo Polzer.
Por otra parte, el jefe de la investigación aseguró que sus agentes han "completado la imagen de la familia", que revela que el acusado "no sólo es una persona autoritaria sino un verdadero tirano, que no permite preguntas". Para la familia "era un tabú saber por dónde se movía. Y el sótano de la casa era un tabú especial", explicó Polzer.
Mientras, una de las grandes incógnitas del caso parece haberse aclarado, con el hallazgo de un acta policial que revelaría que Fritzl fue detenido en 1967 por violar a una mujer. El diario local regional OÖN, que ha encontrado el documento en el Informe Anual de la Policía de Linz, la capital del estado de Alta Austria, indica que la detención se produjo cuando Fritzl ya estaba registrado por otro intento de violación y un delito de exhibicionismo.
El delito ha prescrito y ha sido borrado automáticamente de los archivos, tal y como está previsto por la ley, pero el acta se encontraba en el Archivo Regional de Alta Austria. Allí se guardan normalmente los documentos del Tribunal Regional, que quedan abiertos para su acceso público por un plazo de 50 años. Un portavoz de la fiscalía de Baja Austria, en cuyas instalaciones permanece detenido el acusado, indicó que ese acta será tenido en cuenta en la acusación que se prepara contra Fritzl.
Günter Mörwald, director de la cárcel en la que se encuentra Fritzl, dijo al diario gratuito Heute, que el acusado ha sido trasladado a una celda en solitario para evitar que sea "linchado" por los demás presos. Según la legislación austríaca, el padre incestuoso puede ser condenado a un máximo de 15 años de cárcel por las violaciones de su hija y a cadena perpetua si se demuestra su responsabilidad en la muerte de uno de los bebés nacidos en el zulo.
Aunque las autoridades locales afirman haber hecho todo "bien, de acuerdo a la ley", comentaristas nacionales e internacionales no cesan de expresar sus dudas sobre la adopción de tres de los hijos Josef Fritzl y su esposa, especialmente con sus antecedentes penales ahora reaparecidos.
Tres de los hijos de Elisabeth fueron trasladados por Fritz a la casa familiar para ser educados como nietos y uno de ellos fue incluso adoptado, mientras que los otros dos fueron puestos bajo su custodia. La madre y los otros tres hijos que sobrevivieron al martirio permanecieron toda su vida en el calabozo subterráneo, sin conocer la luz del día, hasta su reciente liberación. Kerstin, la hija mayor de Elisabeth, sigue internada en el hospital de Amstetten en estado grave, posiblemente debido a una infección originada en el zulo.