L D (EFE) La Guardia Civil fue alertada de los hechos sobre las 04:10 horas de la madrugada mediante de una llamada efectuada con un teléfono móvil por uno de los jóvenes afectados, Jorge T.G., vecino de Huesca de 25 años de edad, quien informó a los agentes de la muerte de su compañero en un accidente fortuito de caza y después también murió. Al parecer, el joven, alterado por los hechos registrados, relató a la Guardia Civil que su amigo, Jaime Agustín P.E., de 23 años y domiciliado también en la capital oscense, había muerto de forma accidental mientras cazaban furtivamente en una zona de monte situada en Linás de Marcuello.
Al lugar descrito por el joven se desplazaron con rapidez una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, así como el comandante del puesto de Ayerbe junto a otros efectivos para verificar los hechos denunciados a través del teléfono. Los agentes de la Guardia Civil localizaron en la zona descrita los cuerpos de los dos jóvenes con signos de muerte por disparos de arma de fuego, y el cadáver de un jabalí en las inmediaciones del primer fallecido.
La Guardia Civil, tras localizar el vehículo todo terreno en el que se habían desplazado los dos jóvenes, informaron al titular del juzgado de guardia de Huesca del suceso registrado y al equipo de policía judicial del Cuerpo con base en la capital altoaragonesa para la realización de una inspección ocular del terreno. Los cadáveres de los dos jóvenes fueron evacuados posteriormente por orden judicial al depósito del Hospital Provincial de Huesca para serles practicada la autopsia.
Fuentes de la investigación apuntaron a la muerte accidental de uno de los jóvenes a causa de un fuego cruzado durante la cacería furtiva realizada y a la posibilidad de que su compañero hubiera actuado contra sí mismo tras denunciar los hechos, aunque incidieron en la necesidad de no descartar otras hipótesis.
Al lugar descrito por el joven se desplazaron con rapidez una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, así como el comandante del puesto de Ayerbe junto a otros efectivos para verificar los hechos denunciados a través del teléfono. Los agentes de la Guardia Civil localizaron en la zona descrita los cuerpos de los dos jóvenes con signos de muerte por disparos de arma de fuego, y el cadáver de un jabalí en las inmediaciones del primer fallecido.
La Guardia Civil, tras localizar el vehículo todo terreno en el que se habían desplazado los dos jóvenes, informaron al titular del juzgado de guardia de Huesca del suceso registrado y al equipo de policía judicial del Cuerpo con base en la capital altoaragonesa para la realización de una inspección ocular del terreno. Los cadáveres de los dos jóvenes fueron evacuados posteriormente por orden judicial al depósito del Hospital Provincial de Huesca para serles practicada la autopsia.
Fuentes de la investigación apuntaron a la muerte accidental de uno de los jóvenes a causa de un fuego cruzado durante la cacería furtiva realizada y a la posibilidad de que su compañero hubiera actuado contra sí mismo tras denunciar los hechos, aunque incidieron en la necesidad de no descartar otras hipótesis.