Se han cometido numerosas injusticias con mujeres más valiosas que los hombres que han quedado fuera de los circuitos universitarios por razón de la "cuota masculina". Pues bien, el gobierno andaluz, que parece no enterarse de nada, en plena crisis ha decidido destinar unos 3.000 millones para proyectos que contemplen la paridad, en este caso a favor de las mujeres que, por cierto, siguen cobrando tras 30 años de gobiernos socialistas, casi un 30 por ciento menos que los hombres.
El Gobierno andaluz que preside el cada vez más discutido José Antonio Griñán ha decidido destinar en plena crisis económica nada menos que 2.978 millones en el primer "Plan estratégico para la igualdad de mujeres y hombres", que tendrá su desarrollo desde este año hasta 2013, según anunció este martes la consejera para la Igualdad, Micaela Navarro. El objetivo de este Plan, que desarrolla la Ley aprobada en 2007, es eliminar la discriminación por razón de sexo en los ámbitos laboral, educativo, cultural y social aún existentes en la comunidad.
El proyecto, según ABC, en el que participarán todas las consejerías y que ha sido consensuado con la patronal y los sindicatos, recoge 36 objetivos y 316 medidas, cada una de las cuales contará con una dotación presupuestaria.
Navarro avanzó que se analizará previamente los principales indicadores de desigualdad que aún se registran en Andalucía, como que la tasa de actividad laboral femenina aún está 22 puntos por debajo de la de los varones; que las mujeres andaluzas siguen teniendo de media un 30% menos de salario que los hombres (5.400 euros al año) aunque desempeñen el mismo trabajo y cuenten con idéntica cualificación; que haya 616 mujeres con contrato a jornada parcial por cada cien varones o que sólo el 18% de los puestos de dirección de las empresas públicas de la Junta esté en manos de féminas. No explicó cómo esos parámetros persisten tras una generación de poder socialista en la Junta de Andalucía.
Por ejemplo, en materia educativa, con 425 millones de inversión, se recogen medidas para fomentar la coeducación, incorporar enseñanzas de igualdad en los planes de estudios universitarios y garantizar un reflejo equilibrado, en los libros de texto, de la contribución de las mujeres en la historia, la cultura, la ciencia y la política. Navarro adelantó la intención de la Junta de reforzar el programa de atención jurídica gratuita para quienes sufren precariedad económica a causa del impago de pensiones y habrá nuevas acciones para las mujeres en riesgo de exclusión social.
El desastre de la experiencia "paritaria" masculinista sueca
Que las políticas de "discriminación positiva" producen efectos perversos, ha sido muy debatido. Raúl Vilas, en Libertad Digital, recuerda que Thomas Sowell ya demostró el fracaso de las políticas aplicadas a partir de los años 60 para favorecer a la minoría negra de EEUU. Vinculado a instituciones tan prestigiosas como la Universidad de Stanford o la Hoower Institutuion, Sowell, que es negro, ha dedicado buena parte de su obra a combatir estas medidas, a las que responsabiliza de las miserias endémicas que han padecido durante años los de su raza.
Pues apuntaba este martes Raúl Vilas de que el diario local Stockholm News informó hace unos días que el Gobierno sueco ha decidido suprimir las cuotas por sexo (o género, de acuerdo con el lenguaje políticamente correcto) para acceder a la universidad. Y es que en 2003 ante el mayor porcentaje de mujeres universitarias, un 60 por ciento, "algún burócrata entusiasta decidió atajar tamaño problema estableciendo una cuotas de acceso en las que se "discriminaba positivamente" a los hombres. El resultado: el 95 por ciento de las solicitudes de acceso rechazadas son de mujeres que, en su mayoría, tenían una mejor cualificación y expediente académico que los hombres, admitidos por el mero hecho de ser varones."
El conflicto ha surgido en aquellas titulaciones con una mayor demanda en las que el número de aspirantes con altas cualificaciones es superior a las plazas ofertadas: Veterinaria, Odontología, Medicina o Psicología. Además, al ser sensiblemente superior el número de mujeres con buenas notas que el de hombres, la distorsión ocasionada por las cuotas se ha agravado sensiblemente. Recientemente un tribunal de justicia sueco dio la razón a 44 mujeres que habían sido rechazadas en la carrera de Veterinaria por su sexo. La Corte sentenció que era un caso de discriminación ilegal y condenó al Estado sueco a pagar una indemnización de 3.400 euros a cada una. Está pendiente de sentencia un caso similar de 31 chicas rechazadas en una facultad de psicología en 2008.
Desde el Centre for Justice, una organización no gubernamental que defiende las libertades individuales han aplaudido la decisión del Gobierno de suprimir las cuotas. En declaraciones al Stockholm News, el abogado Gunnar Strömmer, miembro de esta organización, expresó su "alegría" porque, de esta forma, "miles de jóvenes" evitarán que la admisión esté condicionada por su sexo. Además, remarcó que la sentencia ya citada considera ilegal este tipo de discriminación.