Alí por fin es feliz. Después de estar 36 años cohibiéndose, ocultándose, reprimiéndose y viviendo con miedo, hoy no sólo ya no tiene por qué hacerlo sino que además se le ha concedido asilo político en España. Es el primer asilo político que se concede a una persona en España por motivos de orientación sexual. Y Alí lo ha logrado un año después de su llegada.
Toda su adolescencia la pasó encerrado en sí mismo. Sin poder hablar de sus sentimientos con nadie, por su puesto, tampoco con su familia. Y es que en Irán la homosexualidad no sólo está condenada a nivel institucional, sino también familiar. Son tus propios seres queridos los que te pueden quitar la vida si se enteran, explican desde la Confederación Española COLEGAS de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales.
Fue en la Universidad donde por primera vez Alí pudo conocer a más personas homosexuales y tener una relación. Tuvo la suerte de compartir piso con un chico gay, con el que mantuvo una historia de amor entre cuatro paredes, las de su habitación, ya que es imposible viajar, caminar de la mano por la calle o ir a un restaurante a cenar en Irán.
Más adelante, una vez terminados sus años universitarios, conoció a la que ha sido, hasta su salida precipitada de Irán, su pareja. Con él conoció a más homosexuales, que se reúnen en casas en Teherán, de manera clandestina. Y fue en una de esas fiestas donde comenzó su odisea.
Insultos, golpes y amenazas en el calabozo
En estas reuniones procuran permanecer en silencio, sin hacer mucho ruido. Pero el menor descuido o un chivatazo de un vecino provoca que la Policía se presente en la casa y detenga a los que allí se encuentren. Y eso sucedió aquél día. A Alí y a su pareja les insultaron, les pegaron y les llevaron al calabozo. Todos los días les decían que era la muerte lo que les esperaba.
Por suerte, pudieron pagar la fianza y salir de prisión. Pero fue entonces cuando adquirieron conciencia de que tenían que irse, abandonar el país a toda prisa. Si se quedaban y esperaban a ser llamados ante el juez serían condenados a muerte.
Todos los ahorros de su vida los destinó Alí a conseguir un visado para España, que se lo proporcionó una de las mafias que se aprovechan de estas circunstancias. Ahora, un año después de su llegada, Alí ha conseguido lo que tanto ansiaba: asilo político y su libertad.
Sin embargo su felicidad está empañada por varias circunstancias: su pareja consiguió un visado para otro país, pero no sabe cuál es, ni cómo encontrarle; su familia no sabe que es gay, ni que estuvo en prisión; y no tiene trabajo. Ahora todos sus esfuerzos, con el respaldo de COLEGAS, están encaminados a encontrar un empleo. Y poder, al fin, rehacer su vida.
Campaña de apoyo a los condenados a muerte
Hace poco se conoció el caso de Nemat Safavi, que podría ser ejecutado en cualquier momento. Fue detenido cuando tenía 16 años por ser homosexual. Ahora tiene 19 y ha sido condenado a muerte. COLEGAS ha puesto en marcha una campaña de apoyo a Safavi y a otras tantas personas condenadas por ser lesbianas o gays.