L D (Europa Press) Veiret, de 41 años, explicó este lunes ante la juez de Instrucción número 7 de Barcelona que estaba haciendo reformas para entrar vivir en el número 72 de la calle Urgell y que el pasado 28 de noviembre, cuando se disponía a tomar medidas para un sofá, no pudo entrar en casa porque varias personas se habían instalado allí y habían cambiado la cerradura.
Desde entonces, el denunciante vive en casa de un amigo, ya que legalmente no puede echar a las personas que viven en el piso. Se trata de dos parejas de origen chileno que aseguran que una tercera persona les alquiló la vivienda verbalmente y que, según Veiret, viven en el domicilio desde el pasado 27 de diciembre.
Tras declarar ante la juez, el denunciante explicó que "hemos podido aportar nuestras pruebas y demostrar que la vivienda ni mucho menos había estado abandonada". "Hemos presentado la escritura y unos presupuestos de reformas que demuestran que el edificio no estaba descuidado ni mucho menos", agregó.
Veiret confió en que los trámites burocráticos "se agilicen" y dijo que "ahora está todo en manos de la magistrada, hasta que dictamine una solución". Afirmó ser "optimista" y esperó que el caso se resuelva "lo antes posible", ya que los supuestos 'okupas' siguen en la casa consumiendo luz y agua y, según Veiret, las compañías suministradoras aún no han cortado los servicios.
Veiret aportó este lunes todos los documentos originales, ya que cuando presentó la denuncia sólo aportó las fotocopias. Entre ellos, figuran los documentos de la rescisión del contrato de arrendamiento firmado con los anteriores inquilinos y las facturas del cambio de cerradura del piso, que se efectuó el pasado 3 de octubre, después de que se marcharan las personas que habían vivido en el piso hasta entonces.