L D (EFE) El documento, firmado a pocas semanas de las elecciones de 2003 que situaron a CiU en la oposición y propiciaron un pacto de gobierno entre PSC, ERC e ICV-EUiA, ha sido evocado hoy por por la portavoz de los populares catalanes, Carina Mejías y el portavoz de CiU en el Parlament, Oriol Pujol.
Tanto Mas como Mejías han denunciado la "demagogia" con la que actuaron entonces las fuerzas de izquierda catalanas, que hace seis años rechazaban de plano la prolongación del minitrasvase de Tarragona hasta Barcelona y que ahora se plantean llevarlo a cabo para paliar los efectos de la sequía.
El "Compromiso por el Ebro" incluía siete puntos, en los que PSC, ERC e ICV-EUiA dejaban claro su rechazo a los trasvases del Ebro previstos en el Plan Hidrológico Nacional (PHN) impulsado por el Gobierno de José María Aznar.
El documento rechazaba explícitamente también el proyecto de conexión de las redes del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) con la cuenca del Ter-Llobregat (ATLL), impulsado por el gobierno de Jordi Pujol para complementar el suministro de agua a Barcelona.
En concreto, el punto 3 del documento planteaba "pedir la retirada del Proyecto de Conexión de las Redes CAT-ATLL (DOGC 5/8/02) porque representa el inicio del trasvase del Ebro y porque Cataluña no precisa de más concesiones de agua de otras cuencas".
El documento llevaba la firma de dirigentes del PSC, ERC e ICV-EUiA como José Montilla, Montserrat Tura, Josep Lluís Carod-Rovira, Marta Cid, Joan Saura o Jordi Miralles.
"Cómo hemos cambiado...", ha comentado irónicamente Carina Mejías en alusión a la posibilidad de que estos mismos dirigentes acaben apoyando ahora la conexión entre el Ebro y Barcelona.
Oriol Pujol, por su parte, ha acusado a las fuerzas del tripartito de "engañar" a los ciudadanos al intentar negar que se ha convertido en un "gobierno trasvasista".
La interconexión de redes que ahora se plantean los gobiernos español y catalán implicaría, según Pujol, "un trasvase permanente de agua, no desmontable, para traer agua del Ebro a Barcelona".
En cambio, la portavoz parlamentaria de ERC, Anna Simó, ha negado que lo que está ahora encima de la mesa sea el mismo proyecto que propuso el anterior gobierno de CiU, porque "el suyo era permanente" e implicaba mantener el "grifo abierto".
En la misma línea, la portavoz adjunta del PSC en el Parlament, Carme Figueras, ha emplazado a CiU a que explique "por qué quería llevarse 1.050 hectómetros cúbicos al año de agua del Ebro hacia Murcia y Valencia y ahora no quiere apoyar el reaprovechamiento puntual de 40 hectómetros cúbicos al año, sin que eso signifique sacar ni una gota más de agua del Ebro".