L D (EFE) Pascual Fernández ha juzgado "un debate político" que la Generalitat exija un caudal mínimo de 135 metros cúbicos por segundo para trasvasar agua del Ebro, por lo que ha descartado que ello impida la aprobación del Plan para la Protección Integral del Delta (PIDE). Fernández indicó que según el estudio se utilizarán los conductos del minitrasvase para trasladar el agua. Tras garantizar que la extracción de agua del Ebro "no producirá, por definición, ningún perjuicio ambiental en el Delta", Fernández ha juzgado "un debate político" la exigencia de la Generalitat de fijar un caudal ecológico de 135 metros cúbicos, frente a los 100 que defiende el Gobierno central.
En este sentido, ha apuntado que el caudal ecológico del Delta se debe determinar "de acuerdo a criterios técnicos y científicos, no teniendo en cuenta sólo el volumen del agua", por lo que ha descartado que las discrepancias entre Generalitat y Gobierno central sobre este asunto estén paralizando la aprobación del PIDE, previsto en el PHN, y, por ello, el trasvase del Ebro. "No es creíble que no se pueda aprobar un plan tan importante como el PIDE por no ponernos de acuerdo sobre una fórmula estadística", ha asegurado el secretario de Aguas, que ha aclarado que los estudios de impacto ambiental que afectan al Delta se redactarán tras la aprobación de ese programa de protección.
Según Fernández, el trasvase de agua del Ebro hasta Barcelona tendrá "una afección ambiental mínima, si no prácticamente nula" porque, excepto en el tramo de Tortosa a Campredó y algún otro, el ramal, de 172 kilómetros, utilizará los conductos del ministrasvase y otras infraestructuras lineales existentes, como la A-7. Asimismo, ha remarcado que uno de los objetivos del trasvase es mejorar la calidad del agua que se consume en Barcelona y su área metropolitana, con lo que, en su opinión, se evitará "que los ciudadanos tengan que comprar agua mineral embotellada".
Para el secretario de Estado de Aguas, sólo se trasvasará agua del Ebro si hay excedente y nunca para abastecer nuevos regadíos, y el proyecto, además, permitirá la recuperación medioambiental de varios parques naturales y acuíferos, como el del Llobregat o de Carme-Capellades, así como el río Ter y sus humedales. Fernández ha destacado que el PHN cuenta con un "importantísimo apoyo científico" y que el proyecto "vale la pena" para mejorar la calidad del abastecimiento de agua en Barcelona, sobre todo "si se puede conseguir con una infraestructura que no produce prejuicios en ningún sitio".
En este sentido, ha apuntado que el caudal ecológico del Delta se debe determinar "de acuerdo a criterios técnicos y científicos, no teniendo en cuenta sólo el volumen del agua", por lo que ha descartado que las discrepancias entre Generalitat y Gobierno central sobre este asunto estén paralizando la aprobación del PIDE, previsto en el PHN, y, por ello, el trasvase del Ebro. "No es creíble que no se pueda aprobar un plan tan importante como el PIDE por no ponernos de acuerdo sobre una fórmula estadística", ha asegurado el secretario de Aguas, que ha aclarado que los estudios de impacto ambiental que afectan al Delta se redactarán tras la aprobación de ese programa de protección.
Según Fernández, el trasvase de agua del Ebro hasta Barcelona tendrá "una afección ambiental mínima, si no prácticamente nula" porque, excepto en el tramo de Tortosa a Campredó y algún otro, el ramal, de 172 kilómetros, utilizará los conductos del ministrasvase y otras infraestructuras lineales existentes, como la A-7. Asimismo, ha remarcado que uno de los objetivos del trasvase es mejorar la calidad del agua que se consume en Barcelona y su área metropolitana, con lo que, en su opinión, se evitará "que los ciudadanos tengan que comprar agua mineral embotellada".
Para el secretario de Estado de Aguas, sólo se trasvasará agua del Ebro si hay excedente y nunca para abastecer nuevos regadíos, y el proyecto, además, permitirá la recuperación medioambiental de varios parques naturales y acuíferos, como el del Llobregat o de Carme-Capellades, así como el río Ter y sus humedales. Fernández ha destacado que el PHN cuenta con un "importantísimo apoyo científico" y que el proyecto "vale la pena" para mejorar la calidad del abastecimiento de agua en Barcelona, sobre todo "si se puede conseguir con una infraestructura que no produce prejuicios en ningún sitio".