L D (EFE) La ley Fini-Bossi (su nombre responde a los apellidos de sus principales mentores, Gianfranco Fini, de Alianza Nacional, y Umberto Bossi, de Liga Norte) establece que sólo podrán entrar en Italia los extranjeros que tengan un contrato de trabajo, y por su periodo de vigencia. Ha tipificado, además, el nuevo delito de “inmigración clandestina”, por el cual los inmigrantes expulsados que vuelvan a entrar ilegalmente sufrirán penas de cárcel.
Otras de las medidas que contempla la ley es la posibilidad de usar naves militares para frenar los desembarcos de indocumentados, o la expulsión, con acompañamiento inmediato a la frontera, para los inmigrantes descubiertos en situación ilegal. El texto también restringe la reagrupación familiar. Pero también el texto establece que los inmigrantes ilegales que ya estén en Italia trabajando en el servicio doméstico (uno por familia) o al cuidado de ancianos o impedidos podrán regularizar su situación.