En la conversación, ambos han "constatado el excelente clima" por el que pasan los lazos bilaterales entre ambas naciones vecinas y han expresado su "deseo" de "evitar que malos entendidos o pequeños problemas perturben ese clima".
La llamada del Rey, que no intervino en cambio en la crisis que provocó entre ambos países la huelga de hambre de la activista saharaui Aminetu Haidar, se produce tras unas semanas en las que el reino alauí ha emitido hasta cinco comunicados distintos denunciando supuestas "agresiones racistas" por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) contra ciudadanos marroquíes en la frontera con Melilla.
Rabat también ha arremetido contra un presunto abandono por parte de la Guardia Civil de ocho inmigrantes subsaharianos en "estado de salud crítico", según la versión alauí, frente a las costas marroquíes cerca de Ceuta.
Después de que el país vecino se quejara de la falta de respuesta por parte de las autoridades españolas a esas denuncias, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró este martes convencido en rueda de prensa de la "máxima corrección" con la que actúan las Fuerzas de Seguridad en la frontera y ofreció "informar" al Ejecutivo de Rabat sobre sus actuaciones.
De hecho, los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Interior valoran si convendría enviar a Marruecos a algún representante del departamento que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba para aclarar con las autoridades del reino alauí las acusaciones lanzadas sobre el comportamiento de las FCSE, han confirmado a Europa Press fuentes diplomáticas.
Este miércoles, la agencia oficial marroquí MAP publicaba una carta remitida a Zapatero por el Club de Jóvenes Saharauis en los países del Africa subsahariana, una asociación promarroquí con sede en Senegal que protesta por las supuestas "agresiones racistas" de la Policía española contra marroquíes en la frontera con Melilla así como contra inmigrantes subsaharianos.