L D (Agencias) El ministro de Industria, José Montilla, afirmó ante los ministros de Competitividad (mercado interior, industria e investigación) de los 25 que reducir el uso del español en las instituciones de la UE sería "simplemente un error que sólo se puede calificar como una injusticia histórica".
Montilla habló por primera vez en catalán en un Consejo de Ministros de la UE, pero aprovechó también para defender la "vitalidad y relevancia" del español, lengua que, recordó, utilizan más de cuatrocientos millones de personas en el mundo y destacó el "gran momento" que vive el español, por ejemplo, en Estados Unidos.
En este sentido, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mostrará el próximo viernes al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, su preocupación por la reducción del número de traductores de español en el Ejecutivo comunitario y por los efectos negativos que podría tener esa medida.
Se reducirán los traductores
La Dirección General de Traducciones de la Comisión Europea (CE) está ejecutando un plan de "redistribución" de sus plantillas de traductores a cada una de las lenguas oficiales de la UE, que supondrá rebajar de 101 a "unos 67" la del español, según confirmó su director general Karl Johan Lonnroth, informa Efe.
La iniciativa, según la CE, obedece sólo a razones técnicas motivadas por la ampliación a 25 de la UE que ha elevado de 11 a 20 el número de lenguas oficiales, pero ha suscitado recelos en la autoridades españolas que reclamaron al Ejecutivo comunitario explicaciones al respecto.
El eurodiputado español Carlos Carnero, del Grupo socialista europeo, trasladó su "indignación y desacuerdo" a la CE por su intención de reducir en más de un 25 por ciento el número de traductores de español y dijo que supone "una clara falta de compromiso" de los responsables que dirige José Manuel Durao Barroso.
Pero desde medios comunitarios se ha explicado que los principales esfuerzos del Gobierno de Zapatero han estado dirigidos durante este último año a hacer entrar en las instituciones otras lenguas oficiales como el gallego, el euskera y el catalán.
El diario El País, en su editorial de este lunes, también reprochaba: "El Gobierno ha dedicado atención preferente durante año y medio a defender nuestras lenguas vernáculas en las instituciones europeas. Está bien hecho, pero debía haber dedicado similar empeño a la lengua común de los españoles, y de cientos de millones de personas más...".
El español, el más perjudicado
La nula defensa del español en este sentido ha llevado a que lreducción de efectivos, compuesta actualmente por 101 profesionales, será mayor que en la de italiano, que tiene 86, cuando la previsión es que ambas queden en torno a "unos 67" efectivos.
Asimismo será mayor en la española que en la francesa, que pasará de 140 a unos 126 profesionales; la alemana, de 139 a 126; y la inglesa, donde está previsto aumentar la plantilla de 121 a 122. También habrá ajustes al alza en las nuevas lenguas oficiales –checo, estonio, letón, lituano, húngaro, maltés, polaco, eslovaco y esloveno– que suman actualmente 470 profesionales y que pasarán a ser unos 540.
Lonnroth afirmó ser consciente de la paradoja aparente que supone dotarse del mismo número de traductores para la lengua castellana y para el maltés, apenas hablado por 400.000 personas. Pero justificó esta armonización en la necesidad de dar "el mismo tratamiento" a todas las lenguas oficiales, con independencia de cuál sea "su importancia" o número de hablantes.