El PSOE llama "fascistas" a los que se manifiestan contra el "decretazo"

El llamado a calificar de este modo a funcionarios y laborales de la Junta disconformes con el Decretazo de Griñán ha sido, cómo no, Mario Jiménez, el único superviviente que queda del dúo político al que Griñán entregó la gestión del partido. El primero, Rafael Velasco, cayó por el precipicio de las subvenciones irregulares de la empresa de su esposa. Ahora, el onubense Jiménez, acaba de llamar "fascistas" a todos aquellos que acudan a la manifestación del próximo día 22 de enero en Sevilla.

La causa del exabrupto la tiene el hecho de que los sindicatos y asociaciones convocantes de la manifestación no aceptan el Decretazo, piden su derogación y van a usar la libre expresión en la calle para comunicarlo a los ciudadanos. Muy especialmente, un horizonte electoral conflictivo es el que ha desatado la lengua del portavoz parlamentario del PSOE en Andalucía y el de otros dirigentes.

Jiménez dijo textualmente que lo anunciado por funcionarios y laborales descontentos constituye una "amenaza muy grave que refleja que enmascarados en la representación de los trabajadores públicos hay elementos fascistas", ya que "no se puede agredir el derecho de un partido político de poder desarrollar una campaña". No debe recordar, se supone, lo acontecido, por ejemplo, el 11-M y siguientes de la campaña de 2004.

Y por si fuera poco se erigió en representante de la Administración Pública y advirtió a los funcionarios sobre la manifestación que realizarán el 22 de enero asegurando que la administración tomará "las acciones que sean precisas" contra los trabajadores que no acudan el sábado a sus puestos de trabajo. (El sábado no se trabaja en la administración andaluza salvo turnos y guardias).

Si Mario Jiménez aplicó el sambenito de fascistas - que han solido aplicar siempre a quienes no comulgan con sus ideas o proyectos -, la consejera de Presidencia y portavoz, Mar Moreno, y la secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz también se despacharon a gusto. Según ABC estas dos dirigentes socialistas utilizaron ayer para referirse a los funcionarios díscolos las palabras y expresiones siguientes: "lamentable", "claramente politizada contra el Gobierno", "amenazante", "hostil", "chantaje", "coacción" y "extorsión a la Junta", "peligrosamente próximas a actitudes del pasado", "radicales", "extremistas" o "rebasar la línea roja de lo que es democrático".

La mano derecha de Griñán en el PSOE andaluz, Susana Díaz dijo que los hechos "demuestran que todo responde a una estrategia calculada del PP, que está haciendo un uso mezquino de los trabajadores" para desgastar a la Junta.

El presidente del PP-A, Javier Arenas, manifestó ayer que "en función del consenso que se alcance" con respecto al proyecto de reorganización del sector público andaluz mantendrá o no el recurso de inconstitucionalidad. Asimismo, aseguró que, "si de verdad hay ánimo de diálogo parlamentario, ahí vamos a estar", en referencia a que se atiendan las propuestas de los representantes de los empleados públicos. Por ello, pidió al Gobierno andaluz que no se tome esas comparecencias en el Parlamento "como un tramo engorroso, que no haga oído sordos, que tome nota y que modifique los decretos".