El nuevo programa educativo del PP, que renuncia a eliminar Educación para la Ciudadanía de las aulas pese a ser una de sus banderas electorales, sigue provocando controversia. Ante la ausencia de actos de los habituales portavoces del partido, un incómodo Cristóbal Montoro ha tenido que fijar la postura de Génova en este sentido.
Preguntado por Libertad Digital en una conferencia sobre los retos económicos del país para este 2010, el diputado popular ha justificado esta renuncia en que "somos un partido de Gobierno y no un grupo de amigos que quedamos a tomar café" y, por lo cual, "tenemos que convencer cada día a más gente sin perder de vista nuestra base electoral".
Según dijo, el renunciar a retirar la asignatura adoctrinadora de los colegios no supone ceder en los principios del PP ya que "nosotros tenemos las ideas muy claras" y éstas están "en nuestros programas y en nuestros estatutos".
"No estamos renunciando a nuestro programa, hemos entendido un cambio de contenido", ha intentado argumentar Montoro, quién ha recordado que las negociaciones con el Gobierno para alcanzar un pacto educativo son complicadas y "ésta es nuestra oferta al PSOE".
Y es que, en su opinión, decir que el PP engaña o traiciona a los votantes de su partido con este nuevo proyecto educativo está "fuera de lugar" y es "un absurdo". "Me comprenderá usted que si estuviéramos en el engaño menudo negocio estaríamos haciendo", ha continuado, visiblemente molesto.
El responsable de Economía concluyó diciendo que la modificación de Educación para la Ciudadanía es, en síntesis, la nueva "estrategia política" de un partido político "con vocación de Gobierno".