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El portavoz de Griñán vuelve a meter la pata

El portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz ni siquiera se leyó el borrador del Decreto de las mujeres agraviadas durante el franquismo, y arremetió a ciegas contra El Mundo por utilizar el término "rapadas" que el propio borrador utilizaba.

El portavoz del PSOE en el Parlamento de Andalucía, Mario Jiménez, ha vuelto a meter la pata, esta vez por no haberse leído el borrador del Decreto sobre mujeres agraviadas desde 1936 a 1950. Esta vez ha arremetido contra El Mundo por utilizar el término "rapadas" para referirse a mujeres que sufrieron castigos corporales durante la inmediata posguerra de la contienda civil de 1936 a 1939. "Pelonas" fue su nombre popular. Pero de haber leído el decreto, habría comprobado que su texto habla de "rapados". Dice así el decreto:

"Articulo 1. Objeto.

El presente decreto tiene por objeto establecer las indemnizaciones a que tienen derecho las mujeres que sufrieron represión en la Guerra Civil e inmediata posguerra, abarcando el periodo comprendido entre 1936 a 1950, mediante hechos que vulneraron su intimidad, honor y la propia imagen consistentes en el rapado, la ingesta de aceite de ricino y la posterior sumisión a vergüenza pública."

El hasta ahora portavoz de Griñánm Mario Jiménez llegó a decir que el de El Mundo era "un titular falto de la más mínima ética periodística" en alusión al encabezamiento "Griñán busca mujeres rapadas hace 70 años para darles 1.800 euros".

Menos mal que el portavoz parlamentario socialista dijo hablar en nombre propio cuando dijo: "Elmundo.es ha ofendido a las mujeres andaluzas, es intolerable que se llegue a calificar en términos de rapadas a mujeres que se vieron represaliadas y agraviadas". Sutilmente, El Mundo le acusó de no estar al tanto de la gramática española por no distinguir "con claridad la función sustantiva de la adjetiva en frases como la que ha dado pie a su embestida verbal."

Po si fuera poco, la propia consejera de Igualdad de la Junta de Andalucía ponía unas banderillas negras al portavoz de Griñán espetándole que "Lo ofensivo no es llamarlas rapadas... Lo ofensivo fue raparlas". Navarro abundó en el tema diciendo que no creía que dicho adjetivo sea "ofensivo" y ha matizado que sí lo era "en aquel momento". La consejera ha afirmado que "es ofensivo lo que hicieron los que las raparon y vejaron" porque, como ha recordado, las paseaban por el pueblo nada más dejarlas sin pelo en la cabeza porque todo el mundo sabía lo que eso significaba para luego darles aceite de ricino diariamente.

Otros números de Jiménez

El pasado 24 de junio, Javier Arenas, en un debate con Griñán, sacó a la luz un documento oficial de la Junta de Andalucía que Griñán conocía con toda seguridad que recogía las propuestas del Gobierno andaluz para reducir el déficit público, pero también una serie de recortes sociales que no habían sido mencionados, precisa El Correo. Tal documento fue llevado a Madrid por la consejera de Hacienda y como tal fue aprobado el CPFF a finales de junio.

El descubrimiento de los "recortes" que tenía ocultos el presidente Griñán y el malestar general por el fracaso de Griñán en muchas de sus iniciativas. El dolor por el destapado del asunto llevó al PSOE a acusar a Javier Arenas y al PP de haber robado los papeles que Javier Arenas hizo públicos y en los que se constata la existencia de una agenda oculta de Griñán que incluía importantes recortes sociales. Fue el portavoz socialista, Mario Jiménez, el que acusó a Javier Arenas de "robar y descontextualizar los papeles de un entorno institucional". Y añadió que "Arenas no tiene escrúpulos en manejar mercancía robada y en manipularla".

Poco después, acusó al PP, con el concurso de otro segundón de Pepe Griñán, el cordobés Rafael Velasco, de "presionar" al Banco de España con Cajasur de fondo. Al parecer, no se habían enterado de que el Banco de España está gobernado por MAFO, Migual Ángel Fernández Ordóñez, un hombre estrechamente vinculado al PSOE y que Zapatero estaba negociando un pacto con el PNV con CajaCórdoba de elemento decorativo. Se olvidó también de que Caja Granada, cuyo presidente es socialista, también había mandado a paseo los deseos de Griñán.

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